Cuando el ex-candidato, hoy presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo que iba a "drain the swamp in Washington D.C. (algo así como: Acabar con la corrupción en Washington D.C.)", la mayoría de la gente pensó que eso significaría que iba acabar con la gran corrupción política en la capital de la nación, que iba a limitar el acceso de los lobbistas, frenar los acuerdos desiguales con gobiernos extranjeros y negarse a sacar provecho de la Casa Blanca.
¡Bueno, eso nunca sucedió! De hecho, dos años después de ser elegido como el presidente Nº45 de los Estados Unidos, el país ha sido testigo de un sinnúmero de ataques, jamás antes vistos, a la ética presidencial.
Desde que Trump llegó a Washington D.C., hemos visto como los multimillonarios donantes a su campaña presidencial consiguen trabajos cómodos en el nuevo gabinete, como los banqueros de Goldman Sachs escriben el plan de impuestos del Partido Republicano y como una vocera presidencial, desde la misma Casa Blanca, promueve en la televisión la marca de modas de la hija del presidente, Ivana "Ivanka" Trump.
Trump hasta se ha negado a hacer lo que presidentes anteriores a él hicieron, romper cualquier vínculos con empresas o tipo de intereses financieros que pudieran plantearles, o presentarles la apariencia de conflictos de intereses, manteniendo esos activos en un fideicomiso administrado por un familiar y el cual pueden revocar en cualquier momento ¡Por supuesto, después de su período presidencial!
Y al no hacerlo, Trump y su familia se han visto en una posición única de beneficiarse directamente de su servicio público como presidente. Hasta podríamos decir que los intereses especiales -en otras palabras: "la corrupción"- en la capital del país han alcanzado niveles jamás antes vistos.
Llámelo como lo llames: "Corrupción 2.0" o "Corrupción en esteroides en D.C.", nadie se está beneficiando más de la presidencia como el propio Donald Trump.
Los que buscan ganar favores del nuevo presidente no solo donan para su campaña de reelección 2020, sino que también organizan actividades de recaudación de fondos y galas en sus resorts, clubes privados y hoteles, cuyas ganancias lo benefician a él y a su familia.
Solo en el 2017, ya fuese por eventos presidenciales, marketing o actos de campaña, Trump y su enorme séquito presidencial se hospedaron 110 días, durante ese año, solo en propiedades de él, beneficiando completamente sus negocios, con dinero de los estadounidenses.
Ese decir, "cada vez que Trump y su séquito presidencial se alojan en unas de sus propiedades, los contribuyentes son los que le pagan esa factura de estadía."
Del mismo modo, cada vez que algún miembro de su gabinete se queda en alguna de sus propiedades, incluyendo su lujoso hotel en Washington D.C., ese dinero va también a las arcas de Trump.
Pero estos son solo algunos ejemplos de cómo el polémico Donald Trump y su familia comenzaron a monetizar la presidencia desde su llegada a la oficina más poderosa de la nación.
El Center for Responsive Politics, que rastrea los gastos de campaña y las finanzas de los políticos, publicó las declaraciones financieras de Trump durante el 2017. A través de estos registros públicos y otras informaciones, queda claro cómo y en dónde el presidente se está beneficiando, fuera de la Casa Blanca.
Estas son algunas formas en que Donald Trump se está aprovechando la presidencia:
1. Fiestas de inauguración presidencial "por todo lo alto"
Donald Trump siempre ha tenido una manera extravagante, opulenta y derrochadora vida, pero ahora como presidente y con dinero del Estado lo ha llevado al extremo.
Podemos mencionar que el comité inaugural de Donald Trump despilfarró la cifra récord de $104 millones (€91,1 millones) de los $107 millones (€93,7 millones) recaudados en solo tres eventos para celebrar su inauguración presidencial.
Pagó $1,5 millones (€1,3 millones) por alojamiento en su hotel de Washington D.C. Además, despilfarró $130.000 (€114.000) en la joyería Tiffany & Co. para proporcionar a los invitados lujosas vajillas para ensalada, $130.000 en cojines personalizados para dos cenas de gala y $10.000 (€9.000) en maquillaje para los servidores en otra cena formal.
Asimismo, el comité desembolsó $26 millones (€23 millones) a la firma encargada de planificación de fiestas dirigida por Stephanie Winston-Wolkoff, una amiga cercana y ex-asesora de Melania Trump, su esposa y la Primera Dama, a quien adicionalmente le pagaron $1,6 millones (€1,4 millones) directamente por sus servicios.
También, pagó la inmensa suma de $2,7 millones (€2,4 millones) a una compañía que produjo una versión al estilo de Broadway del famoso tema 'Nueva York, Nueva York' de Frank Sinatra, usando bailarinas de shows de Las Vegas traídas en un avión privado.
Por otro lado, Brad Parscale, quien dominó la estrategia digital de Trump para su campaña en el 2016, también recibió $2,7 millones por los servicios digitales durante la inauguración. Parscale, su gurú digital, también está administrando la candidatura presidencial de Trump para el año 2020, en la que planea gastar nada más y nada menos que $1 mil millones (€875 millones), de acuerdo una entrevista que le dio a Fox News.
El gasto de Trump batió récords por una celebración inaugural en la historia presidencial de EE.UU.
La declaración de impuestos demostró que los $104 millones, fueron una diferencia abismal comparada con la inauguración de 2009 de su predecesor el presidente Barack Obama. Obama gastó $51 millones (€44,7 millones) de los $53.2 millones (€47 millones) que recaudó una cifra comparable a inauguraciones pasadas, e incluso organizó más fiestas que Trump.
Aquí, otros ejemplos de cómo la figura presidencial de Trump ha influenciado para inyectar más dinero a su imperio y lo peor de todo a cuestas del dinero de los contribuyentes.
2. Los hoteles de Trump
Según las revelaciones financieras los ingresos del hotel Trump se dispararon en los últimos dos años.
En 2015 los registros muestran solo $16,7 millones (€15 millones) en ingresos de hoteles y resorts. Sin embargo, esa cantidad se duplicó a $33,8 millones (€30 millones) durante la campaña y el año electoral.
Pero desde que el republicano comenzó a ocupar la Casa Blanca los ingresos del hotel aumentaron alrededor del 80% alcanzando la cifra récord de $60,8 millones (€53,2 millones) en 2017.
Desde entonces, el Hotel Trump en Washington D.C. se ha convertido en el hotel predilecto para Lobistas y empresarios de todas partes del mundo que buscan acceso a figuras cercanas al presidente para intentar conseguir una vía de entrada al Despacho Oval.
3. Eventos de campaña Trumps, en propiedades de Trump
El Center for Responsive Politics clasificó el gasto de los comités políticos en las propiedades de Trump y fueron los propios eventos de campaña del jefe de Estado los que encabezaron la lista.
En 2017 solamente, la campaña para lanzarse para él 2020 gastó $720.064 (€630.500) en las propiedades del magnate. Este tipo de artimañas de celebrar eventos para recaudar fondos inyectan miles de dólares al imperio Trump.
He aquí un vivo ejemplo de por qué se espera que cuando una persona llegue a ser presidente de los Estados Unidos se deshaga de sus negocios o simplemente los ponga en un fideicomiso controlado por una familia.
Dado que Trump aún posee estas propiedades, él y su familia ganan un porcentaje (o bonificación), por ejemplo, cada vez que hacen un evento para recaudador de fondos en una ellas.
4. Membresía en su club de golf
Tras la elección de Trump y solo por las visitas frecuentes del mandatario, su resort de lujo Mar-a-Lago en Florida adquirió un valor estratosférico que no existe en ningún otro country club.
Simplemente por esas dos razones, el valor de la membresía del country club se duplicó un 100%. Se incrementó de $100.000 (€87.560) antes de que Trump llegara a presidente, a cuotas de $200.000 (€175.120) al año.
Por otra parte, la propiedad reportó ingresos récords de $37 millones (€32.4 millones) el año pasado, debido a los constantes viajes para jugar golf a su resort Mar-a-Lago y a consecuencia de varias reuniones de Trump con otros jefes de Estado celebradas allí.
USA Today también descubrió que ejecutivos de 50 contratistas gubernamentales y 21 Lobistas tienen membresía en los clubes de Trump.
Casualmente en los primeros ocho meses de 2017 dos tercios de esas personalidades "jugaron golf" durante los días en que Trump estuvo alojado en el resort, el cual se convirtió también en un terreno oportuno para que el presidente y sus conexiones pasasen desapercibidos en reuniones privadas de negocio.
5. Los viajes de golf
Los asiduos viajes de golf de Donald Trump no solo consumen el dinero de los ciudadanos americanos, sino que enriquecen el negocio de la familia Trump.
El actual presidente pasó más del 25% de su primer año en el cargo en sus propios clubes de golf. Esas visitas frecuentes del republicano implican gastos de al menos $3 millones (€2,6 millones) por fin de semana presidencial.
Su primera visita como presidente electo en 2017 la alcaldía de la ciudad gastó $250.000 (€220.000) en recursos adicionales para su seguridad.
Imagínense el nivel de corrupción, solamente el alquiler de los carritos de golf que el Servicio Secreto -o su guardaespaldas- usa para su protección dentro de su propiedad, le costaron a los contribuyentes la suma de $137.000 en los primeros nueve meses del 2017. Todo ese pago va al negocio de Trump.
6. Recaudadores de fondos republicanos
El Comité Nacional Republicano (CNR) gastó más de $300.000 (€263.000) en las propiedades de Trump entre 2016 y 2017.
En 2016 el CNR disfrutó de todas las comodidades que se ofrecen en las propiedades de Trump en las que pagaron $146.521 (€130.000) y en el siguiente año superó esa cifra llegando a pagar $173.416 (€152.000).
7. Nuevos acuerdos inmobiliarios
Después de que Trump ganara las elecciones los precios de bienes raíces en Trump Tower, su rascacielos en Midtown Manhattan, Nueva York, comenzaron a dispararse.
No obstante, después de los controvertidos comentarios racistas de Trump acerca de los mexicanos la demanda se enfrió a medida que la gente conocía al nuevo presidente.
No obstante, eso no impidió que el negocio de Trump registrara $168,5 millones (€148 millones) en ingresos en 2017. Esta cifra fue la mejor ganancia registrada de cualquier año en el negocio de bienes raíces de los Trump.
Asimismo, un resumen financiero valoró su "acuerdo de licencia de bienes raíces, marca y desarrollo de marcas" en más de $3,3 mil millones (€2,9 mil millones), lo que se convertiría en la mayor fuente de ingresos de la modesta fortuna de $8,7 mil millones (€7,6 mil millones) que su campaña publicó en junio de 2014.
Según un informe de USA Today, aproximadamente el 70% de los compradores en la Trump Tower fueron LLC (Sociedades Anónimas), por lo que nunca conoceremos las identidades de sus propietarios. ¿Alguna idea de por qué una persona "honesta" necesita de una LLC para comprar una propiedad en la torre Trump?
8. Trumpismo
El "Trumpismo (Seguidores de Trump)" está infectando el sistema de gobierno americano a través de prácticas presuntamente ilegales.
Los viajes cuestionables, designados inexpertos, familiares y amigos no calificados, así como sacar provecho de su posición de poder, se ha convertido en una situación oportuna para forrar sus propios bolsillos con el dinero del estado.
Se espera que los demócratas que ahora controlan el Comité de Supervisión del Congreso de los Estados Unidos y quienes que se han comprometido a investigar los exorbitantes gastos del presidente, expongan a la luz pública la larga lista de transacciones mañosas que ha hecho Trump durante su presidencia.
9. La tienda online de Trump
¿Quieres mostrar tu orgullo Trumpista? Compre algún producto de Trump, hecho en algún lugar fuera de los Estados Unidos y que diga "Trump o MAGA" en la parte delantera.
Los precios pueden llegar hasta los $90 o más en el sitio Trumpstore.com, que se lanzó en el 2017.
No sabremos hasta el próximo año cuánto gana Trump de su propio sitio de indumentaria, pero lo enumeramos aquí como un evidente acaparamiento de dinero por parte del presidente y su familia.
10. Sus fiestas vacacionales
¿Quieres codearte al lado uno de los hombres más poderosos del mundo?
Cualquier miembro o invitado de Mar-a-Lago puede hacerlo por $600 y $750 por persona, respectivamente, en el resort Trump en Florida, en la víspera de Año Nuevo.
Según Politico, estos precios representan hasta $175 más que los precios antes que fuera presidente. La única diferencia entre 2017 y el año anterior, es que Trump ahora es el presidente de EE.UU.
Este es otro gran robo de efectivo en lo que fue un año de monetización de la presidencia por Trump.
Cuando dicen que Estados Unidos está en declive y que se está viendo cada vez más, la misma corrupción a la de países del Tercer Mundo, "ejemplos como estos verdaderamente lo confirman."
[ Otras fuentes: USNews, CheatSheet, Axios ]