El coche más largo del mundo, apodado "The American Dream (El sueño americano)", ha sido finalmente restaurado a su antigua gloria, y es aún más largo que antes. La increíble limusina fue construida originalmente en 1986 por el gurú especialista en vehículos personalizados Jay Ohrberg, con sede en Burbank, California.
Con sus 30 metros (100 pies) de longitud, la enorme limusina fue reconocida por el Guinness World Records a mediados de la década de 1990 como el coche más largo del mundo.
"The American Dream" se convirtió inmediatamente en un superéxito y viajó mucho como coche de exhibición que se trasladaba en grandes camiones de plataforma (18-wheeler flatbed) de un lugar a otro para participar en diferentes eventos y espectáculos por todo los Estados Unidos.
Sin embargo, la limusina se desvaneció poco a poco del centro de atención. Finalmente, quedó abandonada en un almacén en el estado de Nueva Jersey durante muchos años. Pero el automóvil de importancia histórica fue redescubierto hace unos años y fue transportado a la Florida en 2019 para su completa restauración.
Al ver las fotos ahora, el trabajo de restauración parece de primera categoría y el coche más largo del mundo luce mejor que nunca. La limusina que batió el récord Guinness fue adquirida y reconstruida desde cero por un coleccionista de coches residente en Florida llamado Michael Dezer.
El intensivo proceso de restauración incluyó una remodelación completa de la carrocería, un cambio de imagen en el interior, una reconstrucción del motor y la mejora de los servicios existentes que ofrece el American Dream, que incluyen una piscina, un campo de minigolf y una piscina/jacuzzi.
La limusina está formada por seis Cadillac Eldorados y cuenta con 26 ruedas. Dos potentes motores V8 impulsan el enorme vehículo por ambos extremos.
El coche restaurado ahora mide 100 pies y 1,5 pulgadas de largo, rompiendo su récord anterior. De hecho, el Libro Guinness de los récords renovó el título de la nueva limusina "The American Dream" como el coche más largo del mundo.
Dezer gastó alrededor de 250.000 dólares en restaurar la limusina, incluyendo los gastos de transporte, y planea ponerla como pieza de exhibición en su museo de automóviles Dezerland Park, situado a las afueras de Orlando (Florida).