Cuando viajar en un avión comercial ya no es suficiente, o cuando las futuristas suites de primera clase de $17.000 (14.900 euros) de Emirates o los exclusivos asientos de $27.000 (23.800 euros) de Etihad se vuelven incómodos, es momento de pasar al siguiente nivel de lujo y opulencia: un ultra lujoso jet privado.
Y ya si encima no tienes que hacer nada para viajar y vivir en un mundo lleno de extravagancias, ¡mejor que mejor! Así como los protagonistas de la cuenta de Instagram RKOI: Rich Kids Of The Internet (en español: Niños Ricos de Internet).
Uno de ellos ha deleitado a sus seguidores con un room tour por un ultra lujoso jet privado que, según RKOI, tiene un valor de $200.000.000 (176,3 millones de euros).
Se trata del primer y único BBJ Boeing 787 Dreamliner del mundo en configuración VVIP, operado por Deer Jet. Una maravilla que cuenta con los lujos más exquisitos y una increíble decoración.
Seguramente te estarás preguntando qué hace que este avión sea tan excepcional. Pues, para empezar, la aeronave cuenta con una zona lounge principal, con capacidad para 16 personas y preparada para recibir a los invitados y disfrutar de un delicioso aperitivo de bienvenida.
Un poco más adelante nos espera una espectacular y lujosa área con secciones separadas para cenar o para conferencias, con cómodos chaise lounge, iluminación led y dos áreas de asientos idénticas que pueden acomodar fácilmente hasta diez personas.
Tampoco podemos dejar de mencionar el dormitorio principal, decorado y equipado para que los huéspedes se sientan en un verdadero paraíso y puedan descansar durante el viaje.
Detrás de la habitación hay un baño principal con capacidad para dos personas, una espaciosa ducha y tocador doble.
En este ultra lujoso jet privado cada mínimo detalle está cuidado, como la vajilla de cristalería lista para usar, el buffete de quesos o la tapicería de cuero.
El único problema que podemos ver, nosotros y varios de los usuarios de Instagram que han dejado sus comentarios, es que gran parte de la decoración podría terminar en el suelo durante el despegue o el aterrizaje, ¡vaya problema!