Parece sencillo el principio, pero cuando dividimos en fases todo lo que conlleva sembrar para poder cosechar, nos damos cuenta de toda la diligencia que debemos tener para poder alcanzar la cosecha que esperamos. Esto aplica para la agricultura como para nuestras finanzas personales.
¡Cosechamos lo que sembramos! Veamos algunas de sus fases más importantes:
1. Planificación previa del proyecto
Qué proyecto vas a realizar, qué condiciones serán las que necesitaremos, herramientas, recursos disponibles, etc.
2. Qué inversión se necesitará
Todo requiere inversión de capital y tiempo, no hay nada gratis. Todo ofrecimiento de riqueza rápida o inmediata no existe.
Debemos considerar qué retorno tendremos de los recursos invertidos, el tiempo de retorno y apegarse a un presupuesto. Una de las mejores inversiones que puedes realizar es en capacitarte.
3. Escoger la semilla que utilizaremos
Qué extensión tenemos disponible para el proyecto, nuestro entorno, que puede producirnos mayor retorno por inversión, costo de la semilla, requerimientos o destrezas necesarias.
4. Preparar el terreno
Limpiar lo que no sirve o estorba, evaluar el potencial del terreno. Recordemos que la semilla no dará fruto hasta no estar en una buena tierra, por lo que la tierra es crucial.
Todo aquello que no sirva es necesario retirarlo, así como aplicar todo aquello que sea de beneficio.
5. Proceso de siembra
Marcos 4.3 dice: "Presten atención. Resulta que un sembrador salió a sembrar." Es necesario estar enfocados en la labor que hacemos (no hacer un poco de todo sino mucho de poco) y ponernos en acción.
Nada acontece hasta que salimos a sembrar, nos liberarnos de nuestros miedos y actuamos. Lo "peor" que nos puede suceder es aprender.
6. Cosecha
Llegar a este momento toma tiempo, no es instantáneo, se necesita de un proceso que dependiendo el proyecto, así tomará de tiempo ver los resultados.
Cuanto más grande el proyecto, requerirá de mayor dedicación, recursos y tiempo. Es importante evaluar si llenamos las expectativas de retorno (tiempo y capital invertidos), planificación de los recursos obtenidos, qué cantidad vamos a gastar, ahorrar, dar e invertir.
7. Siempre prever riesgos probables, imprevistos y fortuitos
La mejor forma de poder afrontar una crisis repentina es contar con un fondo de emergencia que pueda hacer frente a estas circunstancias.
Inicia con un mes de tu presupuesto ahorrado, continúa a 3 meses hasta lograr al menos de 6 a 12 meses de tus ingresos. Es difícil y toma tiempo lograrlo, pero si inicias ahora, más pronto lograrás tenerlo y te dará mucha paz.
"Pon todos tus planes en las manos de Dios y sé diligente, así cosecharás abundantemente."
Artículo escrito por Cesar Tánchez, reconocido empresario, mercadólogo, autor de libros de desarrollo personal y orador motivacional guatemalteco. Si te gustó, asegúrese de seguir las redes sociales de Cesar Tánchez en Facebook, Twitter, YouTube o ingresa tu correo aquí y recibe periódicamente información que te ayuden a tener una vida abundante y feliz.