Hace una década, ostentaba el título de hombre más rico de Rusia. Hoy ya no lo es, pero su fortuna sigue ascendiendo a la friolera de 22 mil millones de dólares, según Forbes. Como muchos oligarcas, su riqueza se debe sobre todo al proceso de privatización de las industrias del gas natural y petroquímica del país.
Pero eso es también lo que ha provocado las sanciones del Reino Unido sobre él. Se trata de Leonid Mikhelson, fundador y CEO de Novatek, el mayor productor de gas natural de Rusia.
El mes pasado, el gobierno británico anunció nuevas sanciones "contra industrias privadas claves y empresas estatales rusas", incluyendo "la persecución de activos de otros ocho oligarcas en estas industrias". Mikhelson era uno de ellos, y así fue como todas las miradas se dirigieron de repente a su magnífico megayate que hasta ahora había sido tan discreto.
Con más de una década de vida, el megayate Pacific llama la atención por su agresiva silueta y su acabado metálico que aparentemente cambia de color a la luz del sol. Con sus 85 metros (280 pies) de eslora, este majestuoso barco tiene un ADN totalmente señorial, ya que en su construcción participaron algunos de los más grandes astilleros en la industria.
El prestigioso astillero Lürssen, le dio vida al megayate de este oligarca ruso en Alemania basándose en un diseño del legendario German Frers, mientras que su misterioso interior, que nunca ha sido revelado al público, fue creado por Bannenberg & Rowell.
Como todos los yates de lujo de los multimillonarios, Pacific incluye una piscina, un jacuzzi, un gimnasio y una sala de cine. Pero sus características distintivas son la silueta que cambia de color y dos grandes helipuertos. Además, como sugiere su nombre, estaba destinado a poder viajar fácilmente por el mundo y al mismo tiempo alcanzar una velocidad de hasta 20 nudos (23mph / 37kph) cuando fuera necesario. Pacific está clasificado por Lloyds y está propulsado por dos motores MTU 20V 4000 M93L de 5.764 hp cada uno.
Estas capacidades parecen ser útiles ahora que todos los superyates de los oligarcas rusos que aún no han sido confiscados están huyendo o llegando a refugios seguros.
Panamá tiene fama de serlo, al menos en lo que respecta a los impuestos, y el impresionante megayate Pacific acaba de llegar allí. Tendremos que esperar y ver si ha sido una jugada inteligente o no.