Vladimir Putin, en guerra ahora con Ucrania, comenzó su cuarto mandato y otros seis años como presidente de Rusia en mayo de 2018 con la presentación del nuevo coche presidencial de fabricación rusa, la limusina Aurus Senat L700.
La limusina presidencial blindada negra, que sustituye a su coche favorito Mercedes-Benz S 600 Guard Pullman de fabricación alemana, se utilizó para el corto trayecto desde su oficina hasta el salón del Kremlin para la inauguración.
La medida fue una respuesta obvia del Gobierno ruso para superar las sanciones occidentales reduciendo su dependencia de bienes y tecnología importados.
Dos de las limusinas de 23 pies de largo y 6 toneladas (una de ellas actúa como señuelo y otra de repuesto), viajan siempre con el presidente ruso. Algunos medios de comunicación occidentales han calificado el nuevo coche presidencial ruso como un "auténtico búnker sobre ruedas".
El automóvil desarrollado por el Instituto Central de Investigación y Desarrollo del Automóvil (NAMI, por sus siglas en inglés) y Porsche/Bosch, está cubierto con placas de blindaje y funciona con neumáticos de Kevlar para mantenerlo en marcha cuando recibe disparos.
Pero además de presumir de estas medidas de ataque y defensa que salvan vidas, la limusina Aurus Senat L700 afirma tener lo que otros coches de Estado oficiales obviamente no tienen.
Según los informes, la limusina tiene la capacidad de mantener cómodamente a salvo al Presidente y a los demás ocupantes cuando se sumerge completamente en el agua -llámese al Aurus Senat L700 un mini submarino- y no lo dude nunca porque los rusos son expertos en tecnología de submarinos.