El sueño de más de uno es hacerse millonario de manera repentina gracias a algún juego de azar. Quizás la mayoría de las personas piensen que lo único que se necesita es un golpe de suerte, un arrebato de inspiración o el favor del hado. Sin embargo, lo realmente importante para sacarles una fortuna a los juegos de azar es la estrategia y la planificación.
Así lo ilustran numerosas historias de matemáticos, estadistas y otros profesionales, quienes a través de sus conocimientos lograron deducir los mecanismos que gobiernan los juegos y explotarlos al máximo. Esta práctica está en una zona legal gris, en la cual no se puede determinar fehacientemente que lo que ocurre es un delito, aunque con certeza se trata de una irregularidad.
Repasaremos entonces la historia de uno de los jugadores más inteligentes y conocidos de la historia: el doctor Richard Jarecki. A pesar de haber diversidad de estrategias de ruleta, este personaje logró sacarle el mayor jugo posible al juego gracias a sus propias técnicas.
Las estrategias para ganar en la ruleta de Jarecki
Richard Jarecki nació en Alemania en 1931, pero pronto tuvo que exiliarse con su familia en los Estados Unidos debido a la persecución nazi. Finalmente logró volver a su país natal, donde obtuvo su título de médico en la Universidad de Heidelberg. Sin embargo, su profesión no iba a ser la fuente principal de su riqueza.
Durante las décadas de 1960 y 1970, Jarecki comenzó a visitar los casinos europeos junto con su esposa, Carol Fuhse. Así fue que empezó a inspeccionar los mecanismos mediante los cuales operan las ruletas. En el curso de un mes, solía investigar decenas de miles de mesas de apuestas, a través de las cuales sacaba conclusiones sobre las probabilidades y el funcionamiento de los juegos.
Jarecki observó que algunas ruletas tenían una tendencia a caer más frecuentemente en ciertos números, debido al desgaste del dispositivo o al mal funcionamiento de la rueda giratoria. Así fue que comenzó a diseñar sus técnicas para ganar en la ruleta. Para que nadie se enterara de su descubrimiento, inventó la historia de que se había valido de una computadora en la Universidad de Londres, cuando en realidad sus estudios pasaban mayormente por su propia cabeza.
Sus objetivos principales eran las ruletas europeas, que utilizan 37 números, a diferencia de las de los Estados Unidos, que tienen 38. Esto estrechaba un poco el rango de probabilidades. Su estrategia le valió numerosas victorias en la década de 1960 en el Casino Sanremo de Italia. El director de la entidad dijo que Jarecki era un peligro para la industria del juego e hizo todo lo posible para que no fuera admitido otra vez en su casino.
Incluso cuando las ruedas de las ruletas cambiaban, Jarecki lograba distinguirlas y categorizarlas. Mediante una nomenclatura precisa, establecía clasificaciones de ruedas que le daban resultados invariablemente positivos. Esto hizo que los desarrolladores de juegos comenzaran a afinar sus técnicas de producción para crear ruletas cada vez más impredecibles y con menos desperfectos.
Otros casos de estrategas célebres
Como se puede ver a través de la historia de Jarecki, hacer una fortuna en los juegos de azar no es cuestión de suerte. Se trata de un trabajo minucioso de tiempo completo, en el que se conjugan las estadísticas, las probabilidades y la observación detallada. Solo mediante un método científico es posible determinar las variables que rigen los juegos de azar.
Otros jugadores que lograron hacer saltar las ruletas fueron los García-Pelayo. Tanto Iván, el padre, como Gonzalo, el hijo, emprendieron una epopeya que los llevó por casinos de todo el mundo, en los que consiguieron sumas altísimas gracias a su estrategia afinada. En su libro La fabulosa historia de los Pelayo, los protagonistas definen su técnica como «esperanza matemática», una expresión que conjuga la certeza científica con las probabilidades del azar. Incluso existe una película sobre la historia de esta familia.
Un caso más actual es el del hacker ruso que se hace llamar Alex, quien logró desentramar los generadores de números aleatorios que rigen las máquinas de azar. Junto con su equipo, conseguían sumas de hasta $250.000 semanales. Tal fue su entendimiento de los sistemas de juego, que algunas empresas de casinos online decidieron contratarlo para solucionar los quiebres de seguridad.
Tanto los García-Pelayo como Alex tuvieron problemas legales, pues la industria del juego consideró que atentaban contra el desarrollo del sector. Este es un inconveniente más que frecuente entre los estadistas que se dedican a inspeccionar los juegos de azar: no solo puede quedar expulsados de los casinos, sino que también pueden enfrentarse a procesos judiciales en su contra.