Seamos sinceros. A los seres humanos nos gusta pensar que tenemos el control total sobre nuestras acciones. Si alguien llega tarde a una reunión, atribuimos su tardanza a la pereza o a la mala gestión del tiempo. Si alguien lucha por perder de peso, a menudo pensamos ¿por qué simplemente no deja de comer chatarra y hace más ejercicio?
No es tan fácil, amigo mío...
Wendy Wood es psicóloga social de la Universidad del Sur de California y ha estudiado el comportamiento, los hábitos y la toma de decisiones de los seres humanos durante más de 30 años. Es autora del libro Good Habits, Bad Habits: "La ciencia de hacer cambios positivos que se mantengan".
Wood asegura al sitio web Inverse, que los seres humanos tenemos mucho menos control sobre nuestro comportamiento de los que nos gusta pensar, y la razón es más simple de lo que parece: alrededor del 43% de nuestras acciones diarias son habituales y se realizan en “piloto automático”, es decir, sin mucho esfuerzo consciente.
“Tenemos la sensación de que estamos a cargo de todo y somos responsables de todo lo que hacemos. Y eso está bien”, dice Wood. Pero el desempeño refleja hábitos, no deseos y metas. La implicación no solo se trata de cambiar el comportamiento, sino cambiar nuestro entorno y hacer que el comportamiento sea gratificante y a su vez repetirlo de forma regular para que se vuelva automático.
"Si no eres capaz de hacer algo, no significa que seas una mala persona", dice Wood. A veces nos sentimos fracasados cuando intentamos ponernos a dieta (one more time) y no tenemos éxito. “Pero no se trata tanto de ti, como del entorno en el que te encuentras y cómo lo controlas”.
A continuación, te explicamos cómo usar el contexto, la repetición y la recompensa para formar nuevos hábitos.
¿Cómo romper con los malos hábitos?
¿Sabes lo que es la memoria de hábitos? No te preocupes, nosotros tampoco teníamos ni idea de lo que significaba esto hasta ahora.
Los hábitos son un sistema de aprendizaje al que no tenemos conciencia ni acceso. Se crean o se rompen de forma lenta, mientras que la memoria de hábitos tiende a durar años.
"Desarrollamos hábitos cuando hacemos lo mismo repetidamente en un contexto dado y obtenemos alguna recompensa por ello", explica Wood. "Lo hacemos una y otra vez gracias a la recompensa".
Un ejemplo de hábito es cuando te paras en el lavabo del baño y te cepillas los dientes, o cuando vas a la cocina y te preparas café sin pensarlo dos veces. “Los hábitos son lo primero que te viene a la mente, incluso cuando no quieres”.
Pero, desafortunadamente, los hábitos que quizás te beneficiaban en el pasado no necesariamente lo hacen hoy.
"Los hábitos son una especie de atajo basado en el aprendizaje pasado sobre qué hacer, pero no son necesariamente lo correcto", dice Wood. "Eran lo correcto en el pasado. Y ese es el desafío con los hábitos".
¿Cómo desarrollar un nuevo hábito?
Por lo general, si queremos desarrollar un nuevo hábito, como beber un vaso de agua al despertar o ir al gimnasio después del trabajo, nos comprometemos a establecer objetivos. ¿Qué hacemos? Pues simplemente planeamos ejecutar la acción y luego intentamos llevarla a cabo.
La fuerza de voluntad en realidad no es un sistema muy confiable, porque tan pronto como las cosas comienzan a ponerse difíciles, nos disuadimos del compromiso que asumimos. Esto se debe a que el mero acto de inhibir un deseo hace que el deseo "se imponga mucho" en nuestras mentes y, a veces, nos consuma.
"Creemos que si estamos lo suficientemente motivados y tenemos suficiente autocontrol, seguiremos adelante sin darnos cuenta de que las circunstancias que nos rodean, los contextos en los que vivimos, tienen un gran impacto en lo fácil que es algo y con qué frecuencia podemos repetirlo". En lugar de cambiar tu forma de pensar, lo ideal sería cambiar el entorno.
"La mejor manera de romper los malos hábitos es cambiar el contexto para que no estés en una situación que active los pensamientos de la respuesta que has dado en el pasado".
Esto también significa que los períodos de cambio (una mudanza, un nuevo trabajo o incluso la pandemia) son oportunidades vitales para desarrollar nuevos hábitos y probar algo nuevo.
Tres pasos para romper los malos hábitos
Paso 1: Mantenga la calma
Si algo es demasiado difícil, simplemente no lo harás, dice Wood. Si tu objetivo es bajar de peso, no te impongas ir al gimnasio a las 6:00 am si sabes que no lo vas a cumplir. Comienza por llenar la despensa con comida saludable, apagar las notificaciones de las redes sociales, o buscar un gimnasio cerca de casa.
Paso 2: Haz que la experiencia sea buena
No vas a crear un hábito de algo que odias ni mucho menos romper los malos hábitos si la alternativa no es mejor. Entonces, incluso si has elegido un hábito poco atractivo, busca la manera de hacerlo divertido.
Paso 3: Repite el hábito de forma regular
Según Wood, se necesitan aproximadamente 66 días para crear un hábito nuevo. Cuanto más complejo sea el comportamiento, más tardará.
En general, dos meses es una buena estimación, para que la persona promedio pueda romper los malos hábitos. ¿Y qué pasa si pierdes un día? Don’t Panic! La memoria del hábito tarda mucho en formarse, pero afortunadamente no borra lo que se ha acumulado en el pasado.
Artículo original en inglés publicado por inverse.com. Inverse es una empresa americana de medios digitales que cubre temas como la tecnología, ciencia y cultura para una audiencia millennial. Lanzado en agosto de 2015, el sitio web es ahora parte de Bustle Digital Group. Mantente al día con las últimas noticias de Inverse a través Facebook, Twitter o YouTube.