“¿Por qué ser igual, cuando naciste siendo única?” es la frase que describe a Isabella Moloney, una imponente diseñadora de joyas colombo-australiana que está empoderando a las mujeres para exaltar la belleza interna y proyectarla a través de los peculiares estilos de sus piezas preciosas.
Convirtió su nombre en su marca hace cinco años, Moloney Design, irrumpiendo el emprendedurismo femenino con una cálida historia que se teje entre sus roles de madre, amiga, esposa y, sobre todo, líder de un negocio artesanal que palpita con la luz propia de las piedras preciosas. Moloney se distingue por sus creaciones inspiradas en las culturas más diversas del planeta.
“Yo estoy en un proceso de constante creación, siempre estoy inspirándome y creando. Normalmente la inspiración viene de mis viajes, de los lugares que he visitado como Colombia y Australia”, sus tierras de origen.
“También hay creaciones inspiradas en Vietnam, donde mi padre vive desde hace 12 años y por ello lo frecuento mucho. Y finalmente Emiratos Árabes, una visita reciente que hice. Lo hermoso siempre está ahí afuera, pero a veces se nos olvida admirar”, dice Moloney.
Aunque Isabella tiró su ancla en México hace siete años, viajar siempre representa un proceso de renovación mental que le permite recargarse de energías para traducirlas en sus creaciones. “Me gusta lanzar cosas nuevas cada tres o cuatro meses, la inspiración está en mi vida cotidiana… a veces en cosas sencillas, pero elegantes… o cosas muy coloridas y llenas de formas, así como es la vida de todos… llena de mucho color, sensación y formas”, añade la artista metalúrgica.
Y justamente así es su colección del Día de Muertos, inspirada en la legendaria tradición mexicana de honrar a los que partieron. En sus joyas, la transición entre la vida y el suspiro está llena de color y glamour.
Isabella Moloney explica que: “todo el material que uso en mi joyería es una meta base de bronce con un baño en oro de 24 kilates que importo desde Colombia. Estoy muy satisfecha con el resultado, porque mis clientas visten una prensa de alta calidad, con garantía de vida”.
La vida también se manifiesta en la intensidad de las gemas preciosas abrazadas por el metal. Angulares ágatas verdes, esmeraldas multiformes en bruto, turquesas, corales y perlas… todas brillando con el único propósito de exaltar la belleza interior de quien las lleva puestas.
Isabella Moloney: Del papel al brillo
Actualmente su talento nutre a una pequeña red de artesanos, con quienes hablan el idioma del orfebre: acariciar los metales hasta convertirlos en delicadas piezas glamurosas que embellecen en la piel. Este proceso inicia en una simple hoja de papel, donde a mano suelta su lápiz expresa lo que su alma atrapó de los diversos lugares que ha visitado.
Con estos trazos llega a las puertas del joyero, llena de emoción y energía por verlos tomar forma en el metal.
“Como todo es hecho a mano, a veces no salen como las imaginé o como las dibujé; pero siempre terminan siendo una pieza hecha con mucha dedicación y calidad”, cuenta Isabella. En esta etapa del proceso se unen un grupo de madres solteras del Estado de México, artesanas de los tejidos y el oro.
“Ellas trabajan desde sus casas y junto a sus hijos. Me ayudan haciendo mis ideas locas con tejidos, en telas, o en chaquira y pedrería. Pero mi mayor reto siempre es soltar y confiar que todo saldrá como la palpé en mi mente”, añade.
Volar con el diseño es muy fácil para ella, intercambiar ideas con su joyero casi es el día a día, pero lo más importante para todos es que al final esa joya termine exaltando el valor y la belleza de una mujer.
Madre con todos los sentidos
Isabella es madre desde hace ocho meses, equilibrando una vida profesional tan activa con las dinámicas propias de una madre a tiempo completo. Siempre está de un lado a otro, viajando, enviando pedidos, creando, vendiendo en su show room de la Ciudad de México o yendo a eventos privados y ventas empresariales, tomando fotos y administrando sus redes sociales. Un suspiro no cabe a veces en la rutina; pero una sonrisa para su hermoso bebé siempre brota.
“Me encanta estar con él, lo baño todas las noches y jugamos. Junto a su padre, siempre tratamos de estimularlo, sin perdernos su crecimiento. Hemos encontrado un balance para crear un ambiente sano y mantenerlo feliz. Y aunque trabajo mucho, también le dedico mucho tiempo a mi familia para esta feliz, que es al final a lo vinimos a esta vida”, dice esta empresaria de ojos claros.
Otra forma de encontrar inspiración para sus colecciones es justamente su bebé, pues mientras lo observa jugar a una breve distancia en su mente saltan las figuras y formas que bañarán el oro y que vestirán el cuello, las muñecas o los dedos de sus clientas.
No tengan miedo a equivocarse
Sus colecciones reflejan mucho la fuerza de su carácter, la pasión en su mirada y la calidez de sus palabras. Su experiencia es el pasaporte perfecto para hablar con propiedad del empoderamiento sin límites, guiando a un grupo de artesanos hacia el éxito. Puliendo las técnicas más amables para transformar los metales en piezas únicas.
“[A todos los que están empezando] quiero decirles que tengan paciencia y mucho amor, si le gusta el diseño, no tengan miedo a equivocarse. A veces el error es la mayor obra de arte y ser auténtico en este proceso es lo más importante”, sostiene con orgullo.
A esta apasionada del diseño le encantaría mudarse a Miami, el clima y la gente que se mueve por sus calles crean un ambiente cosmopolita que inspira.
Isabella desea ampliar sus colecciones, su joyería y la forma en que llega a clientes. Porque cada vez que una mujer conoce sus joyas, las siente en la piel y las ve brillar... es una mujer que armada de belleza y pasión por vivir.
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