Bugatti fue originalmente una empresa francesa que se dedicaba a fabricar automóviles de alto rendimiento. Fue fundada en el año 1909 por un diseñador italiano llamado Ettore Bugatti, y para ese entonces la especialidad de la empresa eran los autos de carreras, logrando obtener a lo largo de su historia importantes premios en las más importantes pistas de Europa.
Sin embargo, luego del fallecimiento de su fundador la marca se fue en picada y no pudo recuperarse económicamente produciendo su último modelo en la década de los años 50. No fue sino hasta 1987 cuando un empresario italiano decidió comprar la empresa y reactivarla para comenzar a producir vehículos deportivos de alta gama.
Desde entonces, la marca Bugatti es sinónimo de lujo, confort y calidad destacándose por la fabricación de automóviles que deslumbran no solo por su diseño vanguardista, sino que además ha desarrollado una serie de innovaciones tecnológicas que la posicionan como centro de referencia mundial en el diseño de automóviles.
El deslumbrante modelo Bugatti Chiron
El Bugatti Chiron esta categorizado dentro de los híper deportivos y es actualmente el vehículo más rápido del mundo logrando alcanzar los 490 kilómetros por hora con una aceleración de 0 a 100 km/h (62 mph) en menos 2,5 segundos.
Este bestial superdeportivo es realmente revolucionario en todo y cada uno de sus aspectos. Tiene un poderoso motor de 8 litros que desarrolla 1.500 cv a 6.700 rpm y el cual le permite alcanzar los 300 km/h en menos de 13,5 segundos.
El Bugatti Chiron hace gala de su perfil aerodinámico y no tiene nada que envidiarle a los mejores autos de carrera de la fórmula uno. Su aspecto es agresivo e impresiona a primera vista, en su parte trasera cuanta con un gran spoiler que ayuda a estabilizarlo cuando desarrolla toda su potencia en la carretera.
Por otro lado, el interior de esta joya es minimalista, pero cuida el más mínimo de los detalle a la perfección. El precio de este vehículo alcanza la módica suma de 3 millones de dólares, produciéndose de forma artesanal en la fábrica de Molsheim en Francia.
El poderoso sistema de refrigeración del Bugatti Chiron
Todo lo relacionado a este vehículo es impresionante y su sistema de refrigeración no podía ser la excepción, en este sentido, la ingeniería automotriz involucrada en su construcción lleva al límite todo y cada uno sus componentes.
Bugatti ha hecho público importantes revelaciones sobre cómo funciona el sistema de refrigeración de su modelo Chiron y resulta ser una verdadera maravilla tecnológica que logra refrigerar de forma adecuada al vehículo cuando se encuentra a velocidades superiores a los 400 km/h (248.5 mph).
La empresa logro desarrollar un sistema de enfriamiento que alcanza la temperatura deseada por el usuario rápidamente, y al mismo tiempo, trabaja de manera silenciosa para que los ocupantes del vehículo no lo noten.
En términos generales el sistema de refrigeración de un vehículo permite la entrada de aire a través de tomas ubicadas en la parte inferior del parabrisas, sin embargo, en el Bugatti Chiron esto solo ocurre cuando el coche alcanza los 250 km/h. Esto se debe a que a partir de esa velocidad se produce un cambio de presión negativa, lo que activa un novedoso sistema de control que garantiza el flujo de aire al interior.
Otro aspecto que se destaca es el sistema de líneas de aire acondicionado que alcanza un total de 9,5 metros de longitud, al cual se acopla un potente compresor de 10 Kilovatios o 13,4 Hp con una capacidad de compresión de 3 kilogramos de refrigerante por minuto, desde una presión de 2 bares o 29 psi hasta una presión aproximada de 30 bares o 435 psi.
Adicionalmente el Bugatti Chiron cuenta con dos unidades condensadoras ubicadas en los extremos frontales del vehículo que aseguran la correcta disipación del calor fuera del automóvil.
Todas estas características hacen del sistema de refrigeración del Bugatti Chiron uno de los mejores de todo el mundo automovilístico, y según sus creadores, sería capaz de enfriar un apartamento de hasta 80 metros cuadrados [861 pies2] en solo minutos.