El cofundador de Microsoft, Bill Gates, y su esposa Melinda, han comprado una nueva casa frente al mar en uno de los enclaves más privilegiados de California, por nada menos que $43 millones (39,6 millones de euros), reportó The Wall Street Journal.
La hermosa mansión de 5.800 pies cuadrados [538 metros2], fue construida por el reconocido arquitecto Ken Ronchetti en 1999 y anteriormente perteneció a Madeleine Pickens, esposa del multimillonario texano T. Boone Pickens.
La casa -que se encuentra en número 2808 de Ocean Front, en el extremo norte de Del Mar- seguramente se convertirá en el refugio ideal de los Gates para descansar del trabajo y olvidarse del Covid-19 y otros problemas del mundo.
La casa está decorada con tonos cálidos, acabados de lujo, muebles blancos, suelos y techos de madera y, por supuesto, muchas ventanas para disfrutar de vistas inigualables hacia el Océano Pacífico.
La vivienda principal posee seis dormitorios, 3,5 baños, un salón espacioso y acogedor, una sala de cine, garaje con capacidad para cuatro vehículos y un invernadero. Destacan también sus sistemas automatizados de seguridad, iluminación y control de clima.
Además, la espectacular casa frente al mar en California dispone de un spa, con jacuzzi para 10 personas, una terraza y una piscina. Para hacer deporte y disfrutar de los días de sol, los Gates y sus invitados podrán disfrutar de la cancha de tenis, la barbacoa o la playa privada de 120 pies, y si la fiesta se alarga, la visita puede pernoctar en cualquiera de las dos casas de huéspedes.
La residencia principal de la familia Gates está en Medina, Washington, cerca de Seattle; pero estas no son sus únicas propiedades. La pareja también posee un apartamento de lujo en la ciudad de Nueva York, una casa en Westchester, Florida, y una finca ecuestre en Rancho Santa Fe, California.
Bill Gates, de 64 años, recientemente volvió hacer los titulares en relación con una teoría de conspiración que afirmaba falsamente que estaba implicado en la propagación de COVID-19.
Si bien esto no tiene ninguna base, el multimillonario, que giro su atención completamente a la filantropía hace un par de décadas, donó $250 millones de dólares para combatir el malvado virus.