La crisis del coronavirus ha disparado el negocio de los aviones privados. Debido al creciente temor que se está viviendo ahora en el mundo, muchos mega ricos desembolsan grandes sumas de dinero en vuelos chárter, para evitar multitudes de gente y reducir el riesgo de contagio.
Viajar como las celebridades y empresarios exitosos a bordo de jets privados es el boom del momento, para aquellos que tienen la oportunidad de hacerlo, pues se considera una opción más segura, que a bordo de un avión comercial, como viajaría el 99% de las personas comunes.
Los aviones privados pueden ofrecer cierta tranquilidad, a medida que aumenta la inquietud del coronavirus. Además, es una alternativa a los vuelos comerciales suspendidos.
Compañías de aviones privados abarrotadas de solicitudes
Las restricciones de las aerolíneas de todo el mundo, de suspender los vuelos con el gigante asiático, han disparado el interés por los vuelos en aviones privados de muchos viajeros atrapados, dentro y fuera de China.
Pero esta comodidad de viajar a bordo de aviones privados no es para todo el mundo. Los clientes principales de estas compañías son personas con un patrimonio alto.
Sin embargo, según informan los directivos de distintas compañías de jets privados, desde empresarios, grupos médicos, firmas de abogados, ejecutivos y hasta familias adineradas, están alquilando aviones privados para volar a una variedad de destinos, bien sea trayectos cortos o internacionales.
Los viajeros con más recursos, están tomando esta lujosa medida, con la intención de reducir el riesgo de exponer a sus seres queridos en vuelos comerciales y terminales de aeropuertos ocupados.
Diferentes compañías que vuelan aviones privados se han expresado al respecto, con la repentina creciente demanda que están atravesando en este momento debido a la pandemia del coronavirus.
Incluso, algunas de estas compañías están tan copadas que han tenido que rechazar solicitudes, puesto que no se dan abasto con las aeronaves para poder hacer tantos viajes.
Adam Twidell, director ejecutivo del proveedor de chárter privado, PrivateFly, manifestó que "ha habido un aumento en la demanda de chárter a pedido con poca antelación, relacionados con el coronavirus (COVID-19)."
Asimismo, Twidell señaló, "que la compañía había sido inundada con solicitudes de empresas multinacionales, que organizaban la evacuación masiva de personal de China y el sudeste asiático. "
Por su parte, según datos de la compañía de monitoreo de aviación comercial WingX, la cantidad de vuelos en jet privado, desde Hong Kong a Australia y América del Norte en enero, aumentó un 214%, en comparación con el año anterior.
Por otro lado, Richard Lewis, presidente de Insignia Group, que organiza viajes para clientes adinerados, señala, "la cantidad de solicitudes de aviones privados ha aumentado, especialmente en vuelos de larga distancia. No están dispuestos a compartir la cabina con otras personas".
Por ejemplo, un estudio de cine de Hollywood, le pidió recientemente a la compañía de vuelos chárter Victor, que trasladara a unas 50 personas desde Tokio a Los Ángeles, para limitar su interacción con otros viajeros, según Bloomberg.
Vuelos comerciales recortados.
Esta industria ha sido una de las que más ha sufrido el impacto de lo que representa el coronavirus. Se traduce en pérdidas millonarias.
Debido a la suspensión de los vuelos directos a China continental hasta abril, las aerolíneas comerciales han estado entre las más afectadas, ya que estos viajes se habían convertido en una ruta comercial clave.
Estas últimas semanas, las cancelaciones masivas de los vuelos en Europa y el temor a la infección en los Estados Unidos han mermado los viajes aéreos comerciales.
Las aerolíneas podrían restar hasta $113 mil millones (€100 mil millones) a sus ingresos, según cálculos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
American Airlines Group Inc., United Airlines Holdings Inc. y Delta Air Lines Inc. han perdido alrededor de una cuarta parte de su valor de mercado desde el comienzo del año.
Por su parte, British Airways Plc y Air France-KLM han anunciado restricciones similares.
También, United, la aerolínea más grande de Estados Unidos, en rutas transpacíficas, redujo el servicio a Asia, incluida la cancelación de vuelos al aeropuerto Narita de Tokio, desde Los Ángeles y Chicago.
Los analistas advierten que la reducción de los vuelos comerciales puede empeorar, a medida que la enfermedad frena la demanda de viajes.
Opciones de escape solo aptas para viajeros millonarios.
La mayor parte de las solicitudes para volar en un avión privado, provienen de asistentes ejecutivos para obtener cotizaciones, desde alrededor de $7,000 (€6,166) por asiento, por ejemplo.
Volar en un avión privado tiene sus lujos y, además, en relación a esta pandemia, están preparados con protocolos especiales, los cuales son un plus que los pasajeros deben asumir.
"Cada aeronave está equipada con un equipo de protección sanitaria y equipamiento sanitario para pasajeros y tripulación, en caso de ser necesario", dijo Adam Twidell, director ejecutivo de PrivateFly.
"La salud de los miembros de la tripulación está siendo monitoreada muy de cerca, incluyendo controles de temperatura antes de cada vuelo".
Por otro lado, de acuerdo a las cifras dadas a conocer por Paramount Business Jets a BBC, mientras que un jet con capacidad para entre 2 y 4 pasajeros, cuesta alrededor de $2.400 la hora (€2.115), si se alquila un avión super midsize para entre 8 y 10 personas, asciende a $6.000 la hora (€5.285).
El costo de volar ida y vuelta desde Nueva York a Londres en un Gulfstream IV de 12 asientos, es de aproximadamente $140.000 (€123.330). Bastante costoso si se compara con $10.000 (€8.,810) por un boleto en un vuelo comercial en primera clase.
Pero, para las personas, familias y empresas que desean pagar más, es una forma de minimizar el riesgo de infección con esta modalidad de viaje.
¿Panorama inestable para los aviones privados?
A pesar de que ha aumentado la demanda de los vuelos privados, los estrictos requisitos de cuarentena, las prohibiciones de viaje a los ciudadanos chinos y las preocupaciones por la seguridad de la tripulación, han dejado solo un grupo limitado de operadores de aviones privados dispuestos a realizar viajes.
Estas medidas han impedido que eso se traduzca en más negocios para algunas de estas compañías. Una situación inquietante para algunos.
Logan Ravishkansar, consejero delegado del operador de vuelos chárter MyJet Asia, con sede en Singapur, señala, “los operadores y los países han puesto muchas restricciones al uso de aviones privados en los países afectados por este virus”.
"Los líderes empresariales están asustados con el hecho de entrar y salir de Asia. Las tripulaciones de vuelo también tienen miedo de volar".
El CEO de Paramount Business Jets, Richard Zaher, explica que la compañía está recibiendo un 30% más de reservas que hace un año, pero también está experimentando mayores cancelaciones.
La mayoría de los operadores se dan cuenta de que la demanda adicional generada por el coronavirus puede ser temporal, "esto no es bueno para la aviación privada", agregó Zaher.
Twidell de PrivateFly comparte también esa preocupación:
"Cualquier ganancia a corto plazo obviamente está equilibrada con preocupaciones y desafíos a largo plazo, incluido el impacto en la economía global", dijo.
"Incluso ahora, mientras vemos una demanda adicional a corto plazo, otros clientes están cambiando o cancelando sus planes de viaje".
Por su parte, Patrick Gallagher, presidente de ventas y marketing de NetJets, propiedad de Berkshire Hathaway, dijo, “aunque estamos recibiendo un aumento en las consultas, no se ha producido un aumento en los vuelos”.
La gente empieza a cancelar vuelos tanto de placer como de negocios, no sólo por el miedo a contraer el virus sino, adicionalmente, por las condiciones restringidas de conexiones y las férreas medidas sanitarias impuestas, para la entrada o movilización en algunos países.
Tomará tiempo ver si el coronavirus, y su impacto en los aviones privados será un evento temporal o una realidad a largo plazo.
Fuentes: The Guardian, The Jakarta Post y Reuters.