¿Acaso no hemos pasado todos por esta situación? Es quizá uno de los momentos más incómodos y más difíciles de manejar, además empeora cuando la persona que nos pide el dinero es alguien cercano y la respuesta debiera ser “no”.
Si bien el prestar dinero no es algo prohibido, ni siquiera por la Biblia, la usura sí lo es.
Es importante resaltar qué ser fiador es también una forma de prestar dinero. Puede que no parezca así, pero lo es. Al ser fiadores nos comprometemos a pagar si la persona incumple con su responsabilidad, lo que nos coloca en una posición complicada, ya que estamos obligados a pagar y no tenemos derecho al uso del bien.
El rey Salomón, con su extraordinaria sabiduría nos advierte al respecto: “No te comprometas a garantizar la deuda de otro ni seas fiador de nadie. Si no puedes pagar, te quitarán hasta la cama en la que duermes”.
En mi opinión personal debe hacerse todo lo posible para evitar prestar dinero, y menos como una forma de negocio.
Sin embargo, si decide hacerlo, aquí aporto 10 recomendaciones:
1. Establezca un entorno totalmente honesto
Ambas partes deben tener una conversación abierta y honesta, a fin de comprender la posición de cada uno y respetar la decisión que sea tomada.
Normalmente solo se pide el dinero, pero rara vez se indica la razón del requerimiento o en qué se utilizará el mismo. Antes de tomar la decisión de darlo o no, es necesario que se tenga toda la información pertinente.
Si va a prestar dinero, al menos tiene el derecho de saber con precisión para qué será usado.
2. Busque opciones alternas
Aunque el dinero aparente ser la única solución, no lo es, por lo tanto puede apoyar de otras formas. Si conoce la razón del préstamo o en qué se utilizará el dinero, es posible encontrar otra alternativa.
A veces, cuando una persona está abstraída en el problema, no puede ver las soluciones que quizá quien presta sí. De este modo, puede recomendarle una alternativa de trabajo, una idea para generar un ingreso adicional, un gasto que puede ser reducido, una herramienta para conseguir lo que busca de forma gratuita, etc.
Si la necesidad del dinero es apremiante, real y puede ayudar, trate de involucrarse directamente en la compra o pago de lo requerido, así evitará que se utilice el dinero para otros propósitos.
3. Preste solo la cantidad de dinero que puede perder sin enojarse
Todos hemos escuchado esta frase: “Yo solo presto si estoy dispuesto a regalarlo”. Se dice fácil y se oye noble, pero en mi experiencia la realidad es otra. El prestar dinero es una de las razones principales que destruyen relaciones y generan malestares.
Si va a prestar dinero, debe considerar que muy probablemente lo perderá, y que esto no debe ser un motivo de enojo que rompa una relación.
4. Establezca claramente las palabras: prestar, regalar y sembrar
Si ha tomado la decisión de dar el dinero a quien se lo pide, explique claramente cuál es la condición bajo la que lo hará. Prestar implica que una deuda será pagada de acuerdo a lo establecido entre ambos (tiempo y dinero). Regalar no requiere ningún pago de vuelta.
Sembrar significa invertir el dinero en la persona sin ninguna presión de fecha o monto, con la expectativa de que haya algún retorno a futuro.
Me gusta mucho esta última, ya que no solo se da el dinero sin presión, sino que se transmite a la persona confianza y fe en su potencial, algo más que solo dar dinero.
5. Ponga todo por escrito
Si ha decidido prestar, lo hablado no es suficiente. Es necesario ponerlo todo por escrito, ya sea en un papel sencillo firmado por ambos, o en un documento legal elaborado por un abogado.
Si bien un documento escrito no garantiza el cumplimiento de una obligación, establece las reglas que sé acordaron, ayuda a evitar malos entendidos y sirve de marco de referencia para consultas. Muchos negocios, relaciones y empresas, se han perdido a causa de no tener por escrito lo acordado.
El documento debe incluir el monto a pagar, la frecuencia y el plazo. Si no desea hacerlo de esta forma, considere mejor regalar o sembrar su dinero.
6. Considere pedir garantías
Además de poner por escrito las condiciones del préstamo, puede solicitar una garantía que respalde la devolución de su dinero, o al menos una parte.
Insisto, evite prestar dinero, pero si cree que la persona lo necesita, desea ayudarla y usted no lo tiene en excedente, una garantía de respaldo es una forma de cuidar el dinero otorgado.
7. No tome decisiones sin hablarlo con su cónyuge
Aunque la necesidad sea válida y tenga toda la intención de ayudar, consulte toda decisión de préstamo, regalo o siembra con su cónyuge. No tema decirle a la persona que preguntará primero a su pareja antes de darle una respuesta.
Cuando se toman este tipo de decisiones de forma unilateral, adicional a la implicación económica, se dañan las relaciones de pareja, que es lo verdaderamente valioso.
Si su cónyuge no está de acuerdo, por nobles que sean las intenciones, no lo haga, la salud emocional de su familia es primero.
8. No solucione todo el problema
Ya sea que regale, siembre o preste, no solucione usted todo el problema, deje una parte pendiente; esto activa la creatividad y esfuerzo en la persona que pide prestado.
Le pongo un ejemplo: su amigo necesita $100 para arreglar goteras en su techo al iniciar la temporada de lluvia. Dele $75, eso hará que tenga que esforzarse en ver cómo cubrir lo que le falta de manera creativa, quizá no contrate a nadie para hacerlo y lo haga él mismo, o investigue en internet formas más económicas de hacerlo.
"Le estará siendo de mayor ayuda que resolviendo el problema completamente."
9. Muchas veces la mejor solución es no hacer nada
Somos personas emocionales, nos duele cuando escuchamos historias tristes y queremos ser de ayuda, particularmente cuando son personas cercanas. Sin embargo, muchas veces la mejor ayuda que podemos dar, es no hacer nada.
Si estamos constantemente solucionando problemas, no permitimos el aprendizaje y a la larga hacemos más daño. En la historia del hijo pródigo, cuando él se encontraba en su punto más bajo (anhelando comer la comida de los cerdos) el padre no llegó en su auxilio, esperó que el hijo entendiera que había procedido mal, que tomara la decisión de regresar, se arrepintiera y que humildemente enmendara su camino.
¡No es malo decir que no, de hecho puede ser bueno!
10. No ponga sus finanzas en riesgo
Si bien debemos ser sensibles a la necesidad de nuestro prójimo, nuestra primera obligación es cuidar los recursos de la familia. Debemos dar de lo que tenemos.
El apóstol Pedro lo dijo de esta forma: “No tengo oro ni plata, pero de lo que tengo te doy”, es decir, no podemos prestar lo que no tenemos. Jesús nos enseña a amar a nuestro prójimo, como a nosotros mismos, en otras palabras, no podemos amar al prójimo si no nos amamos primero.
Si luego de ver todas las recomendaciones anteriores se siente mal por prestar dinero, simplemente no lo haga. Pídale a Dios que le prospere para poder regalar o sembrar en la vida de los demás.
Artículo escrito por Cesar Tánchez, reconocido empresario, mercadólogo, autor de libros de desarrollo personal y orador motivacional guatemalteco. Si te gustó, asegúrese de seguir las redes sociales de Cesar Tánchez en Facebook, Twitter, YouTube o ingresa tu correo aquí y recibe periódicamente información que te ayuden a tener una vida abundante y feliz.