Las riquezas adquiridas por los oligarcas rusos, siempre han sido cuestionadas por el resto de occidente.
Entre los disturbios económicos y sociales que llevaron al colapso de la Unión Soviética, y la introducción del país a la economía de mercado, muchos de los que se aventuraron a incursionar en la economía rusa durante los 80, más tarde se verían beneficiados de una de las redistribuciones de activos más convenientes que se ha visto a lo largo de la historia del país.
Tal es el caso del multimillonario ruso, Román Abramovich, propietario de la espectacular embarcación "Eclipse", que con 163,5 metros de longitud es el segundo yate privado más grande del mundo.
El opulento mega yate, que según informes su construcción costó alrededor de $1,5 mil millones, se encuentra junto a una lista de posesiones que incluyen una colección de arte multimillonaria, un enorme avión Boeing 767-33AER y el club inglés de fútbol Chelsea.
Abramovich, como la mayoría de los otros oligarcas rusos, encontró una forma de hacerse con miles de millones de dólares durante la privatización de los bienes industriales de la Unión Soviética a principios de los años 90, a través de su conexión con el Kremlin.
Los oligarcas rusos de hoy, sentados en la cima de la economía más desigual del mundo desarrollado, a menudo parece algo sacado de un libro de ficción acerca de la nobleza rusa para los observadores de Occidente.
"Pero más allá de sus ostentosas extravagancias, una transformación social muy compleja está por ocurrir en Rusia," según la Profesora de Sociología y Política de la Universidad de Aston en el Reino Unido, Dr. Elisabeth Schimpfossl.
La Dr. Schimpfossl, quien viajó a Rusia y entrevistó a varios oligarcas para su libro más reciente, dice que la élite rusa, "está trabajando para legitimar el estatus de su dinero," argumentando que se están convirtiendo en un grupo similar a la antigua clase intelectual soviética o aristocracia zarista, y utilizan el patrocinio cultural para ocultar, a menudo, los orígenes de sus turbias riquezas.
Una feliz ruptura, para algunos
Los oligarcas rusos acumularon sus riquezas durante el debacle económico y social que siguió al colapso de la Unión Soviética y la introducción de la economía de mercado.
En medio de la inestabilidad económica, el gobierno pasaría a redistribuir las empresas estatales mal administradas en casi todas las industrias imaginables.
Durante la década de 1980, muchos se aventuraron en el comercio sin saber que se estaban posicionando para beneficiarse de forma inimaginable de una de las redistribuciones de activos más rápidas de la historia del país, y de ahí es donde surgiría el nombre de oligarcas rusos.
En 1994 los ejecutivos del único banco acreditado en Rusia (el Banco Central Suizo), idearon un plan para ayudar al entonces presidente Boris Yeltsin a recuperar la nación, el plan se denominó "Prestamos de acciones", donde los bancos le prestarían dinero al gobierno a cambio de participaciones temporales en las principales empresas estatales rusas.
Por supuesto, el gobierno incumplió con los pagos de dichas deudas y los bancos terminaron ganando licitaciones importantes de las principales compañías del país.
Con la Unión Soviética desmoronándose, muchos multimillonarios consiguieron favores del Kremlin para apoderarse de importantes compañías estatales a través de préstamos del banco del mismo gobierno a cambio de participaciones significativas.
Hay que destacar que los primeros oligarcas rusos de la era post-soviética, sus procedencias sociales fueron muy modestas y se beneficiaron genuinamente del sistema educativo soviético.
Por ejemplo, Román Abramovich, uno de los oligarcas más ricos de Rusia, con un patrimonio neto hoy de $12,4 mil millones (€10,8 mil millones), creció en total pobreza.
A lo largo de la década de 1990, un grupo de banqueros y magnates aparecieron en la cima del nuevo estrato ruso, al convertir sin problemas, sus poderes políticos en riquezas.
"Los primeros oligarcas rusos parecían haber salido de la nada y tener entre sus manos el volante del gobierno," dijo la Dr. Schimpfossl.
Durante el auge de los precios del petróleo que ayudó a impulsar el resurgimiento del presidente Vladimir Putin en la década del 2000, Moscú encabezó regularmente las listas de ciudades con más multimillonarios del mundo.
"Una nueva élite, de la industria petrolera, se uniría a los primeros para enriquecerse gracias al alto precio del petróleo que duro hasta el 2008", indicó la Dr. Schimpfossl. "Fue casi tan importante como la primera ronda de privatizaciones de empresas en los años 90".
Putin lograría poner un alto a la liberalización económica de país, poniéndola bajo su control personal y deteniendo significativamente el poder de los oligarcas.
"Los que se mantuvieron en el círculo cercano a Vladimir Putin, poco después de que llegará al poder, ahora sostienen el status de oligarcas, pero siempre y cuando el presidente necesite algún dinero o favores, se hagan presentes," indicó la Dr. Schimpfossl.
Y mientras que, vivir en el extranjero es muy popular para muchos, los oligarcas rusos se ven obligados a mantenerse en el país sin importar cuál sean sus puestos en el aparato estatal.
Una ley aprovada en 2013, obligaba a los funcionarios del gobierno, sus cónyuges e hijos menores de 18 años a deshacerse de acciones en compañías fuera del país y de cuentas bancarias en el extranjero.
Desde mega yates hasta costosas obras de artes
La desigualdad en Rusia alcanzó niveles impresionantes, solo en 2013, el país tenía solo un multimillonario por cada $11 mil millones de riqueza familiar nacional, una proporción 15 veces menos equitativa que el promedio mundial.
En ese año, "Moscú tenia el mayor número de multimillonarios de cualquier ciudad del mundo," según las listas globales de riqueza.
En una sociedad que todavía se está adaptando a la idea de la propiedad privada, esta lenta adaptación plantea algunos desafíos para los oligarcas rusos, que todavía intentan legitimar sus extraordinarias riquezas.
"Los oligarcas suelen ser odiados, y la desigualdad de riqueza es resentido por una población que remonta sus poderes directamente a la corrupción en el país durante los años 90," dijo la Dr. Schimpfossl.
"Cuando la primera generación post-soviética de oligarcas pasen sus riquezas a sus hijos, se estima que esta será la mayor transferencia de activos -entre el grupo más pequeño de habitantes- que jamás ocurra en el país".
Los oligarcas rusos ahora se han propuesto la idea de desarrollar gustos más cultos, redescubrir sus historias familiares y practicar constantemente la filantropía para justificar sus status ante la sociedad.
Así mismo, según la Dr. Schimpfossl, "los oligarcas rusos de hoy buscan adaptar sus vidas siguiendo las antiguas tradiciones intelectuales soviéticas e incluso las de la aristocracia zarista."
"Muchos de los oligarcas de hoy, se imaginan que viven cómo los aristócratas zaristas que salen en las novelas del famoso novelista ruso León Tolstói, y son increíblemente brillantes construyendo sus propias narrativas acerca de sus pasado," dijo la doctora.
"Estas auto-elaboradas narrativas les permiten decir, que no solo son personas fortuitas que llegaron a la cima, que en realidad tienen la obligación de estar ahí, y que incluso, es un deber moral".
La clave para esto es, el involucramiento en la cultura y la filantropía, la revitalización del concepto soviético "kulturnost", que estipulaba que las élites sociales estaban versadas dentro de la música y la literatura rusa.
Igor Tsukanov, por ejemplo, es un exitoso banquero que con frecuencia presta piezas de su distinguida colección de arte ruso de postguerra para exhibiciones a diferentes museos.
La fundación de la Familia Tsukanov, dirigida con su bien conectada esposa, Natasha Tsukanov, es una organización benéfica con sede en Londres que apoya la educación, las artes y la cultura en Rusia, y del Reino Unido.
"Mis obras de artes, no son solo para mí. Sueño con tener un museo para exhibir la mejor colección de obras rusas fuera de Rusia," le dijo al Financial Times en 2016.
Será difícil saber, si los oligarcas rusos de hoy podrán encontrar la legitimidad social que la Dr. Schimpfossl cree que están buscando.
Lo que sí es cierto, es que a medida que el país planea una nueva ola de privatizaciones, es muy probable, que los que ya hoy son millonarios, se conviertan en la nueva ola de oligarcas rusos.
Artículo original en inglés publicado en ABC.net.au. Síguelos en Facebook, Twitter.