Hace poco se produjo en Arabia Saudí un cambio sorprendente en la monarquía alauita.
El rey y jefe de la Casa de Saúd, Salmán bin Abdulaziz, le arrebató a su sobrino Muhammad bin Naif el título de príncipe heredero a la corona y en su lugar designó a su hijo de 31 años, Mohámed bin Salmán.
Un increíble artículo de The New York Times reveló que Muhammad bin Naif fue llevado en contra de su voluntad a un palacio en La Meca y presionado durante horas para renunciar ser el primer heredero al trono. Al siguiente día, el que estaba destinado a ser el príncipe heredero ya había cedido a las demandas de sus captores.
Es entonces como Mohámed bin Salmán es ahora el primero en fila para suceder a su padre, de 81 años de edad, y convertirse en el gobernante del país.
La familia real saudí controla, literalmente, miles de millones de dólares provenientes del petróleo y dinero en efectivo; Desde 1948, la familia real ha transformado el país convirtiéndolo en un territorio moderno y vanguardista.
La Casa de Saúd es tan poderosa que puede convertir la economía mundial en un caos con solo pulsar un botón. Pero… ¿cómo llegaron a tener tanto poder?
Pues bien, la fortuna de la familia real se deriva de las reservas de petróleo descubiertas durante el reinado del padre de Salman, el rey Abdulaziz bin Saúd, hace más de 75 años.
Para ser más específicos, te contamos toda la historia…
En 1744, Muhammad bin Saúd fundó la primera dinastía saudita. En aquel entonces, la mayor parte de la región del Golfo estaba controlada por el Imperio Otomano de Turquía. Muhammad llegó al poder a través de una asociación con un líder religioso popular llamado Muhámmad ibn Abd-al-Wahhab. Los dos hombres establecieron su base en Riyadh y se expandieron rápidamente para controlar la mayor parte del territorio que es hoy en día Arabia Saudita.
Ese primer estado saudí duró hasta 1818, cuando fue atacado por los otomanos de Egipto, pero durante los siguientes 50 años, la familia Al Saúd luchó por conservar el control de su territorio.
En 1902, el tataranieto Abdulaziz bin Saúd, que más tarde pasaría a ser conocido como Ibn Saúd, dirigió a un grupo de miembros de la familia para recapturar la ciudad de Riyadh. La influencia de Ibn Saúd se propagó rápidamente con la ayuda de líderes tribales que simpatizaban con su objetivo de expulsar a los otomanos.
De hecho, en 1916, los británicos también estaban dispuestos dar su apoyo a Ibn Saúd. En ese momento, los otomanos estaban luchando contra los británicos durante la Primera Guerra Mundial por lo que estos últimos dieron su apoyo Ibn Saúd para unificar el Estado árabe.
El 23 de septiembre de 1932, Ibn Saúd se coronó oficialmente rey de Arabia Saudita.
El descubrimiento del Oro Negro en Arabia Saudí
Ibn Saúd y su familia necesitaban una forma de ganar dinero y esperaban que el petróleo fuera la respuesta. En los años treinta y cuarenta, el crudo realmente no se había encontrado en cantidades significativas fuera de los Estados Unidos. Sin embargo, hubo rumores y leyendas locales sobre filtraciones desde el suelo en aldeas remotas en Arabia Saudita.
Así que la Casa de Saud fue a comprobarlo
Finalmente, el petróleo fue descubierto el 3 de marzo de 1938. Esta era una buena noticia, pero la realeza todavía no tenía idea de cuánto petróleo podrían encontrar. Hasta donde ellos creían, el crudo en el remoto pueblo de Dammam sería su único descubrimiento.
En 1949, el explorador petrolero estadounidense Jean Paul Getty hizo una inversión que la mayoría de la gente pensaba que era una locura certificada.
Getty destinó $9,5 millones (8 millones de euros) de su propio dinero (aproximadamente $100 millones/84 millones de euros hoy día) para firmar un contrato exclusivo para buscar petróleo en la región oriental de Arabia Saudita durante 60 años.
Getty luego invirtió $30 millones (25,4 millones de euros) adicionales de su propio dinero ($300 millones/254 millones de euros hoy) para continuar su búsqueda de petróleo en el desierto saudita. A partir de 1953, el pequeño tramo de tierra sin valor de Getty comenzaría a producir 16 millones de barriles de petróleo cada año.
El siguiente campo petrolífero saudita explotado fue el de Ghawar, que comenzó a producir a tiempo completo en 1951. Hoy en día, seis de los 30 mayores yacimientos de petróleo del mundo se encuentran en el país.
Así que gracias al “Oro Negro”, Arabia Saudita se convirtió en uno de los países más ricos y poderosos del mundo en tan sólo 50 años. Ibn Saúd gobernó su reino hasta su muerte en 1953. Tuvo 36 hijos y según la ley saudita de sucesión, la corona debe pasar a un descendiente directo.
En la familia real saudí se contabilizan aproximadamente 15.000 príncipes, primos, esposas y hermanos extremadamente ricos.
La familia real saudí controla un estimado de $1,4 BILLONES (1,18 BILLONES de euros) en petróleo, propiedades y dinero en efectivo. Sin embargo, los activos totales del clan son un secreto muy bien guardado. El dinero se divide entre muchos parientes y se extiende a través de varios continentes, haciendo difícil una contabilidad precisa.
Aun así, lo verdaderamente impresionante, es que la gran fortuna de la familia real está bajo control de sólo 2.000 miembros de la familia, quienes poseen palacios franceses y saudíes, guardan dinero en cuentas bancarias suizas, visten de alta costura bajo sus abayas y se presumen de navegar en los yates más grandes del mundo lejos de la vista de los plebeyos.
Artículo original en inglés publicado en Celebrity Net Worth. Síguelos en Facebook, Twitter.