La imagen del millonario cala en la mente de muchas personas como la de un excéntrico personaje que ha logrado lo menos importante en la vida, dejando a un lado todo lo demás. Amor, estabilidad...
Pero ésta apreciación es falsa.
¿Alguna vez nos hemos planteado en serio la riqueza? Escuchamos hablar de ella en los medios, en los fichajes de fútbol... En las sesiones pagadas de música, que ofrecen las estrellas del sector. Pero nunca lo hemos hecho con nosotros mismos.
¿Quién, yo? ¿Ser millonario? ¿Y quién no querría?
Eso es verdad. Todos quieren, pero no tantos lo buscan. Muchas personas llevan una vida monótona (no me excluiría necesariamente) que les lleva a creer en una rutina común. La de la oficina, el trabajo... la responsabilidad del buen empleado.
Y nada de ésto es malo. En absoluto. La constancia, la paciencia... El esfuerzo que uno hace todos los días, con el objetivo de tener algo que comer, el día de mañana, es admirable. Entonces, si cumplimos con todos éstos requisitos, ¿por qué seguimos sin ser ricos?
Lógicamente, habrá muchos casos con los cuales tratar. Algunos ya lo serán. Otros, no tardarán mucho. Pero éste artículo va dirigido a la inmensa mayoría de empleados comunes, que, sean autónomos o no, ven la exigua relación de propiedades, y una cuenta ajustada a fin de mes, como únicos salvadores de su realidad personal.
Parece dramático. No habrá solución para los de siempre. Pero sí la hay. Y es importante debatirla.
Entonces, me preguntarás. Vale, eso está bien. Pero, ¿cómo puedo ser rico? A continuación, expondré tres puntos que pueden ayudar a realizar ése pequeño sueño. O, al menos, intentarlo.
1.-NETWORKING PERSONAL
Lo principal. La riqueza se construye a partir de la interacción social. Lo primero de todo que debes hacer, es ser consciente de tu propio potencial, en ése campo.
Recuerda todos los amigos o conocidos que acepten tu palabra que tengas. Visualízalos y crea una lista. Puede ser gente del trabajo, del colegio, de la biblioteca... del bar. Sí, lo he dicho bien. Si vas al bar a ver los partidos de la Champions, y conoces a mucha gente en ellos, tienes tu mina de oro delante de ti.
No importa el dónde. Pero sí la cantidad.
Sé realista con ése número de personas fieles que crees que te seguirán. Estás a punto de ofrecerles algo más que palabras, así que descarta los que sean superficiales contigo. No valen.
Se dice que quien tiene amigos, tiene un tesoro. Y es verdad. Por hacerte un favor, muchos aceptarán tu producto.
Sé consciente de éste paso. Tienes la lista de nombres propios, o incluso de emails, disponible. Ya tienes a tu público core. Es momento de continuar.
2.- OFERTA DEL PRODUCTO Y/O SERVICIO
Servicio
Eres bueno en algo. Lo sabes. Si eres fontanero, contable, policía... Piensa en tu trabajo. ¿En qué te empleas? Esa actividad requerirá un conocimiento específico. Identifícalo.
Arreglando tuberías, ofrecer servicios de seguridad... llevar las cuentas de tu empresa. Son ejemplos.
Tienes que dar algo. O un producto, o un servicio. En el caso del segundo, ve a tu lista de contactos. Piensa a cuántos de ellos les has hecho algún arreglo, o algún favor. Con éso en mente, ofréceles de nuevo tus servicios, ésta vez de forma gratuita, a cambio de nuevos contactos. No exijas dinero de momento. Pero sí gente. Capta nuevos clientes, a través de los conocidos de toda la vida.
¡Me arregló el problema que tuve en casa! Tu amigo se lo dirá a otro. En ése momento, dale a ése desconocido tu tarjeta de presentación. Si la acepta, ofrécele un descuento por tu actividad. Gánate su confianza si te llama, siendo amistoso con él. Ya tienes otro cliente.
Ese networking secundario, alejado del core, te dará a partes iguales, dinero y respeto. No habrá tanta confianza, pero sí negocio.
Con ése público secundario, debes construir uno terciario. A éste sólo se llega a través de empleados y presentaciones online (sin llegar al spam). Para ello, ya debes tener un capital que te permita ofrecer tus servicios de forma privada, a través de una institución (una asesoría; una empresa de servicios...).
Esto es; cuando ya tengas el dinero suficiente del secundario, crea tu local, y, a través de ése público, emite información indirecta (logra más contactos indirectos con listas de emails ofrecidas por personas físicas del secundario, por ejemplo. Exígeles que hablen de ti con más gente, a cambio de nuevos servicios rebajados) .
Fomentar el mercado no interactivo (la gente que se acerque hasta tu empresa sin conocerte), dependerá tanto del boca a boca recomendado (por cada servicio, una tarjeta sobria), como de los buenos resultados que tu actividad organizada dé (vigila a todos tus empleados, y haz que cumplan a la perfección su trabajo) a los clientes imprevistos. No se debe fallar en la prestación con el primer cliente.
Esto volverá hacia tu negocio como un "feedback de actividad", que hará que la gente piense en tu empresa, sin dudar sobre ello.
Producto
Si eres creativo, y produces cosas (libros, discos, coches...) de la nada, a nulo o muy poco precio de coste, puedes vender directamente tus creaciones, a tu red de contactos.
El camino, en éste caso, es el boca a boca. Ofrece tu producto a tus amigos más íntimos primero; logra sus likes o aprobaciones públicas, en primer lugar. Después, ofrece muestras gratuitas para obtener las aprobaciones del mercado secundario (tanto el que sea recomendado por tus colegas, como el que se aproxime a ti, por curiosidad).
Continúa hasta que llegues a un punto de no interacción con la clientela. Es el momento de potenciar la creación.
3.- POTENCIACIÓN Y CONSOLIDACIÓN DE LA MARCA OFRECIDA
Por marca, me refiero a tu servicio o producto. Ya tienes tu pequeña empresa o página web montada, y tienes pocos clientes habituales. Pero los tienes.
Es el momento de profesionalizarte. Contrata un potente equipo de marketing (hay agencias para ello) que te arregle el blog, la página oficial de la empresa... que recoja las opiniones del público core y secundario.
Pon ésos comentarios en un lugar muy visible, pero intercala los mismos también con valoraciones negativas. No muchas, pero que sí sirvan para que la gente se crea las opiniones positivas.
Tienes una presentación creíble y adecuada. Para entonces, ya facturarás algo.
En ése momento, compra activos variables, como acciones, al mismo tiempo que gastas en marketing la mayor parte de los beneficios.
Sigue siendo modesto, aunque estás cerca de lograr tu objetivo. Con un capital invertido en renta variable (asesórate muy bien), y otro en promocionar tu marca, debes esperar.
Si todo sale bien, de los beneficios que ganes dedica cada vez menos al marketing, cuanto más consolidada esté tu marca o producto. E invierte en lo otro. Incluso compra empresas de ramos parecidos. No inviertas en locuras, salvo que ya seas muy rico.
Mejora tu equipo de asesores al momento de invertir. Si lo haces bien, tendrás beneficios, tanto variables, como fijos, continuos. Sólo entonces... piensa en comprar residencias, coches o yates. Hasta ése momento, vale más que duermas en tu piso común, o en una oficina.
Para concluir; quiero dejar claro que no soy un experto de la automotivación. En mi actividad como escritor, me he dado cuenta de que necesito mejorar mi networking, así como afirmarme en la producción y venta de mi serie de libros. Pese a todo, y contra todo. Al menos voy a intentarlo.
Este camino que sigo, es el que intento extrapolar a cualquier otro ciudadano, que se dedique a otra actividad. O incluso a la mía. Contactos, ofrecimiento al público core/secundario y potenciación final.
En el caso de gente titulada, la agenda de amistades en diversos cargos suele ser útil para múltiples gestiones. Para la que no, es lo mismo, sólo que para los miembros de su entorno. Y lógicamente, en la actividad base en la que se especialice, sobre todo en el ámbito laboral.
Espero que ésta pequeña aportación sirva para motivarse con uno mismo, y permita creer en la posibilidad de ser rico, a medio plazo. No resultará fácil de ejecutar, pero nadie dijo que lo fuera.
Artículo escrito por el bloguero Jodé Casero Sánchez. Si te gustó visita su blog Venta al Por Mayor para leer más de sus increíbles trabajos.