Un Ferrari GTO de 1962 rompió el récord el fin de semana pasado como el coche clásico más caro en ser vendido en una subasta, alcanzando la cifra de $48.405.000 (€41,6 millones) en la subasta en RM’s Monterey, California.
Si estás teniendo un flashback, tu cerebro no te está engañando; a principios de este verano, un GTO se vendió supuestamente por $70 millones. Pero eso no fue en una subasta, así que hay muy poca corroboración sobre el precio actual.
Aquí sabemos con certeza el precio de venta, y que este GTO es probablemente más superlativo por un puñado de aspectos que son importantes para los coleccionistas - y, de hecho, que le importan a los fanáticos de los coches en todo el mundo.
Primero, este es el tercero de todos los GTOs fabricados, y solo 36 fueron fabricados. Segundo, es solo uno de siete GTOs, en recibir la llamada mejora de carrocería Scaglietti.
Este Ferrari GTO de 1962 cuenta con un motor V-12 de 3.0 litros capaz de superar los 249.4 km/h (155 mph), una cifra clave para una conducción sin problemas.
Tercero, y verdaderamente importante para los coleccionistas, es que el mismo GTO fue creado en un momento en que los fabricantes de coches estaban produciendo estas raras flores de invernadero para sus propias fábricas, especialmente para competir en carreras de carretera. (Si, también fueron enviados a la pista, pero las carreras de resistencia en ese momento eran consideradas una clase cruzada adecuada para caballeros corredores así como para profesionales.)
Como tal, la victoria de este coche en la Targa Florio 1964, una durísima competencia de siete horas y 313 millas sobre un asfalto increíblemente sinuoso en Sicilia, cimentó su reputación como uno de los GTOs más duraderos y competentes jamás fabricados.
Antes de ser vendido al primero de muchos propietarios privados, este Ferrari fue usado como el vehículo de prueba privado del fabricante para la Targa Florio, y conducido por nada menos que el estadounidense campeón de Le Mans y F1, Phil Hill, ya una leyenda, y probablemente el mejor piloto profesional de su era.
Además, uno de los propietarios privados quien también condujo el famoso Ferrari fue Gianni Bulgari, heredero de la marca Bulgari.
Dependiendo de quien acabó de comprando el coche (y la subasta RM no ofreció ese detalle), la conexión Bulgari podría importar más que el hecho que Phil Hill condujera alguna vez el 250 GTO.