¿Cómo se pela una naranja apropiadamente, se sostiene un tenedor de ostras o se pronuncian nombres de marcas de lujo? Millonarios chinos están pagando grandes sumas para aprender estas destrezas, al mismo tiempo que tratan de coincidir su estilo de vida de alta calidad con clases de etiqueta.
Un curso de dos semanas en el recién inaugurado Instituto Sarita en Pekín cuesta $17.000 (€14.700), pero eso no ha disuadido a decenas de estudiantes de todo el país en matricularse.
La mayoría son mujeres de cuarenta años, cuya fortunas ha subido fabulosamente junto con el vertiginoso crecimiento de China en las recientes décadas, dice la fundadora Sarah Jane Ho.
Sus padres sobrevivieron dificultades traumáticas bajo regimen del fallecido líder Mao Zedong, mientas que sus hijos disfrutan de vidas privilegiadas expuestas a los conceptos occidentales. Y ellos se encuentran constantemente frente a un shock cultural, dice Ho.
"Las nuevas mujeres ricas de la China de hoy día son las primeras en asumir los roles de esposa, madre, hija y mujer de negocios en este nuevo y drásticamente cambiado mundo. No hay precedentes, no hay reglas ni personas que puedan seguir," agregó Ho.
"Lo que mis clientes quieren es realmente una guía, un nuevo Confucio. Lo que necesitan es un base de referencia y esto es lo que yo ofrezco."
Además de aprender a vivir con elegancia las mujeres se familiarizan con el vino, deportes de la élite como el golf y equitación, servicio de té inglés, arte floral y decoración de mesas. Una estudiante se equivocó recientemente durante una prueba de cómo ser anfitriona de un almuerzo cuando puso un cuchillo con la cuchilla mirando hacia afuera en vez de hacia adentro, dijo Ho.
Ellas aprenden cómo ayudarles a sus esposos, cómo hablar con los compañeros de negocios de sus maridos - revisando temas aceptables de conversación en vez de hacer preguntas típicamente inapropiadas como "¿Cuánto gana?" o "¿Por qué se divorció de su mujer?" - y qué tan cerca deben pararse frente a otros.
"El espacio personal es algo nuevo en China," dice Ho, quien aconseja a todos sus estudiantes "que deben mantener sus codos cerca del cuerpo".
El instituto que acoge estudiantes en un hotel de lujo, y que abrió formalmente en 2013, está basado en las academias para señoritas tradicionales, reservadas en algún momento sólo para mujeres jóvenes de familias adineradas en el Oeste, donde han desaparecido en gran escala.
Necesidad de refinamiento en China
Sarah Jane Ho, graduada de Harvard y quien habla cinco idiomas, asistió al Institut Villa Pierrefeu, llamado a menudo la última academia para señoritas de Suiza.
Jocelyn Wang, de 27 años de edad dice que las complejidades del protocolo de cena occidental, estuvo entre las más valiosas lecciones de su curso de 10 días en el Instituto Sarita.
Durante sus sesiones de 9 a 6, ella dice que usó reglas para medir la colocación precisa de los tenedores y los cuchillos, y que visitó galerías de arte, tomó notas y recolectó folletos de clase todo el tiempo.
Pero la instrucción detallada también recalcó la necesidad de cualidades que no se pueden enseñar como la elegancia, el gusto y la confianza.
Hay diferencias entre la aristocracia y los nuevos mega ricos, dice Wang, quien estudia globalización en un programa de maestría en Londres, "Tenemos una muy buena vida, por lo menos materialmente hablando, así que simplemente no podemos ser incultos."