Siendo una de cuatro hermanos en una familia humilde de Chicago, Susie Romans siempre estaba en la búsqueda de dinero.
“Crecí en una familia de bajos recursos, así que cuando quería algo tenía que ganármelo con mi propio esfuerzo. Cuando tenía 10 años me di cuenta de que mis padres no tenían dinero”, recuerda Romans, quien es hija de inmigrantes polacos. Su padre trabajaba en una fábrica y su madre era personal de limpieza.
Los primeros trabajos de Susie eran los empleos típicos de un niño: paseaba perros por 50 centavos y limpiaba jardines por 25 centavos. Entonces se dio cuenta de que podía hacer dinero si tenía una gran idea.
Ella se esmeró por asistir a la universidad, aupada por sus padres quienes deseaban que su hija obtuviera un título.
Luego consiguió un empleo en una empresa en el área de telecomunicaciones y luego fue transferida al departamento de comercialización y redes sociales.
“Me di cuenta de que contactando a muchas personas podía hacer muy buen dinero de la nada”, acota Susie.
Cuando su hija nació en el 2012, Susie Romans abrió un blog sobre estilo de vida, compartiendo su experiencia como madre joven “En pocos días tenía un tráfico de 50 mil personas, así que llamé a mi esposo al trabajo y le dije: “algo está funcionando”, rememora.
Cuando nació su hijo dos años después, Susie tenía tantas responsabilidades que se sentía abrumada. “Tenía dos hijos, una carrera corporativa y un blog que crecía cada vez más. Algo tenía que ceder o iba enloquecer”.
Entonces aprovechó su experiencia en redes sociales y de las relaciones que tenía en el mundo empresarial, y se asesoró sobre la mejor forma de hacer crecer su negocio. Entonces renunció a su empleo.
Recibió muchas críticas
Recuerda que sus amigos y compañeros de trabajo se sorprendieron cuando se enteraron de su renuncia. “Me estaban pagando bien y podía trabajar desde casa. Además estaba recibiendo buenos bonos al año. Pero eso no era suficiente. Me encanta ayudar e inspirar a las demás personas", comenta Susie.
Ella abandonó un trabajo de $50.000 (€40.565) al año. “Necesitaba mejores ingresos para darle a mi familia el estilo de vida que ellos se merecían”, acota.
Fue en el 2014 cuando renunció a su empleo y se dedicó a su proyecto. “Sabía que podía hacer más dinero por mi cuenta que como empleada de una compañía. Siempre me ha gustado tomar riesgos. Tenía algunos ahorros guardados y una hipoteca que pagar. Pero sabía que era capaz de hacer entre $3.000 y $4.000 (€2.433 - €3.245) al mes por mi cuenta”.
Disminuyó las horas de trabajo en su blog y compró el dominio SusieRomans.com.
Organizó packs con sus ideas y los vendió por $500 (€405), presentándose a sí misma como una especialista en marketing online y ofreciendo como ejemplo el blog que gestionó durante años. Dio charlas en bibliotecas y en la cámara de comercio.
“En 90 días, ya ingresaba 10.000 dólares (€8,115) al mes. Fue ahí cuando todos dejaron de fruncir el ceño. Antes mi familia pensaba que me había vuelto loca al hacer esto con dos hijos. Desde entonces he estado ingresando entre $15.000 y $20.000 (€12.169 - €16.225) al mes”.
Hoy Romans tiene 29 años y cobra $1.400 (€1.135) por una sesión de coaching y $5.500 (€4.465) por una formación de cuatro meses.
Cuando se dio cuenta de que algunos potenciales clientes no se podían pagar el precio de las sesiones, comenzó a ofrecer cursos online a gran escala, como el Sweet Freedom Academy, que cuesta $975 (€790).
De igual forma ofrece cursos más reducidos para abordar temas más concretos que continúan apareciendo en las conversaciones que mantiene con sus clientes.
Por ejemplo, uno sobre cómo superar el miedo al fracaso, por $100 (€81), y otro sobre cómo conseguir visibilidad online y tráfico, por $500. Actualmente solo acepta cuatro o cinco clientes al mes y, como mucho, dedica 20 horas a la semana a su trabajo.
Aunque respalda la idea de que cada uno debe seguir su pasión, también explica que para comenzar un negocio propio de coaching, la pasión no es suficiente. “Solo pueden cobrar esas tarifas tan altas las personas capacitadas y con un alto grado de experiencia”, explica.
“Perfecciona tus habilidades y conocimientos. Necesitas traer comida a la mesa, así que consigue ser bueno en algo”, aconseja.