En 1999 Duane Jackson, oriundo de Londres, arribó al aeropuerto de Atlanta.
Le dijo a la seguridad que no tenía nada que declarar y estaba a punto de seguir su trayecto sin problemas cuando, a causa del nerviosismo, hizo un movimiento sospechoso con el bolso que llevaba colgado al hombro.
Entonces la guardia aeroportuaria le pidió revisar ese bolso donde Jackson ocultaba 6.500 pastillas de éxtasis en una botella de talco y dentro de un Walkman.
“Ese no fue un acto para nada inteligente”, le dijo Jackson a Business Insider 17 años después de aquel transcendental incidente.
Durante sus años en prisión como un traficante de drogas aprovechó para construir la empresa de contabilidad KashFlow que, según el diario The Guardian, fue vendida el año 2013 por una cantidad de $30 millones (€24,3 millones) aproximadamente.
Ahora creó un movimiento para que los presos saquen a relucir su vena empresarial aunque estén privados de libertad. De acuerdo a un reporte del Centro de Empresarios de Inglaterra esta iniciativa de Jackson podría ahorrarle a los contribuyentes del Reino Unido una enorme cantidad de hasta $2 mil millones (€1,6 mil millones) ya que reduce drásticamente los índices de reincidencia carcelaria.
Business Insider se reunió con Jackson para que contara su increíble viaje de ser un traficante de drogas preso a un empresario multimillonario.
Jackson creció en Newham, al este de Londres, en un ambiente familiar difícil. A los 11 años fue separado de su madre y enviado a un hogar comunitario de niños. Él cree que su dura infancia lo ayudó a madurar y eso le serviría en los negocios.
Un día, cuando tenía 14 años, vio un ordenador ZX Spectrum sin abrir en una esquina. Pidió si podía probarlo. Rápidamente el adolescente se obsesionó con la máquina y comenzó a estudiar los manuales que venían junto al ordenador.
La programación y las computadoras se convirtieron en su pasión, pero su vida estaba a punto de volverse un poco más caótica.
Mala decisión
Cuando cumplió 16 años consiguió un empleo y alquiló un apartamento. Vivía en una zona que estaba plagada de delincuencia y conocía a algunas personas del bajo mundo.
En un momento en el que Jackson se encontraba en apuros financieros un amigo le ofreció un trabajo traficando drogas. Dinero fácil.
“Fue una decisión estúpida. Pero era una manera de ganar dinero y viajar a Estados Unidos”, recuerda Jackson.
Los primeros viajes resultaron sin contratiempos y entonces cometió el error de sentirse demasiado confiado.
Solo cuando Jackson fue capturado en Atlanta fue que descubrió la gravedad del asunto. Un policía le explicó que estaba enfrentando una pena de 25 años y una multa de $1 millón.
Experimentó las duras cárceles en Atlanta, con escenas sangrientas y espantosas. Esa época la califica como el punto más bajo de su vida. Luego fue trasladado al Reino Unido.
Pensaba que pasaría 12 años en la cárcel, pero fue condenado a cinco años. Sin embargo, solo estuvo dos años retenido por buena conducta.
En la prisión británica en la Isla de Wight tomó un curso de computación y demostró todos sus talentos. Con el tiempo el profesor le pidió a Jackson que diera la clase en su lugar.
Mientras estaba en prisión recuperó el contacto con Nadia, una ex novia. Ella quedó embarazada mientras Jackson todavía estaba recluido.
“En la cárcel aprendí que si seguía con una vida criminal iba a terminar muy mal. Quería ver a mi hija crecer y estar con ella en todo momento. Tenía que cambiar”, acota Jackson.
Una segunda oportunidad
Lo motivó una charla realizada por Prince’s Trust, una organización benéfica liderada por el Príncipe Carlos, que se enfoca en volver a encausar la vida de los reclusos cuando salen en libertad.
Pero tenía un problema y era que un antiguo jefe del mundo criminal lo extorsionó para que volviera a realizar algunos trabajos oscuros.
Al principio, por miedo, aceptó. Pero luego decidió alejarse de las prácticas ilegales. Tuvo suerte porque su jefe, quien lo obligaba a traficar drogas, falleció repentinamente.
Con la ayuda de Prince’s Trust comenzó su propio negocio de programación informática. Le comenzó a ir bien económicamente pero tenía problemas para organizar sus finanzas.
Fue en ese momento cuando creó un software de contabilidad muy práctico, que luego despertó el interés de otras empresas.
Así nació KashFlow en el 2005.
Su compañía se hizo muy exitosa e incluso llamó la atención de Lord Young, un asesor financiero de Dave Cameron, el actual Primer Ministro de Inglaterra, quien se convirtió en un inversor de KashFlow.
En el 2013 Jackson vendió su empresa a IRIS por una cifra no revelada, aunque The Guardian publicó que el negocio se cerró en $30 millones.
Actualmente Jackson vive con su esposa y tres hijas en Brighton, Inglaterra.
Jackson espera que su ejemplo pueda motivar a los presidiarios. Trabaja junto con el Centro de Empresarios para crear más cursos empresariales en las prisiones.
“En la cárcel hay mucho talento empresarial, sobre todo en los traficantes de drogas. Solo debemos enfocar esas habilidades hacia el bien”, acota Jackson.
El informe del Centro de Empresarios calcula que el movimiento de Jackson podría ahorrarle al estado alrededor de $2 mil millones, ya que las personas una vez salen de prisión cuentan con más oportunidades para reinsertarse en la sociedad.
Pese a los momentos difíciles, Jackson está contento con la historia de su vida: “No cambiaría nada. Sin el tiempo que pasé en la cárcel y todo lo que aprendí, no estaría donde estoy hoy en día”.
Duane Jackson lanzó en el 2015 un libro sobre su vida titulado: “Four Thousand Days: My Journey From Prison To Business Success”. (Cuatro Mil Días: Mi Viaje de la Prisión al Éxito Empresarial)”.
Artículo original en inglés publicado por Business Insider. Business Insider es un sitio web estadounidense de noticias financieras y de negocios propiedad de la compañía de medios Insider Inc. Mantente al día con las últimas noticias financieras y de negocios de Business Insider siguiéndolos en Facebook, Twitter.