Aunque entro en vigencia en el 2016, esta nueva ley en Estados Unidos favorecerá en gran forma el desarrollo de nuevas startups, que son las compañías emergentes apoyadas en la tecnología.
El Título III de la Jobs Act (Jumpstart Our Business Startups Act) ahora les permite a los inversores no acreditados (personas con un patrimonio neto de, al menos, $1 millón, o que cumplan con otras designaciones de ingresos) apoyar a cualquier startup que crean con posibilidades de éxito.
Dicho en palabras sencillas, ahora cualquier persona podrá financiar un proyecto y no solo tendrá que limitarse a los crowdfunding como Kickstarter o Indiegogo.
Esto significa que cualquier estadounidense con al menos $1 millón podrá apostar por una empresa en nacimiento. De esta manera los startups se verán muy favorecidos ya que contarán con más oportunidades para obtener el apoyo financiero que necesitan para establecerse.
“Los bancos no apoyan a los startups y los inversores de capital de riesgo son muy cuidadosos a la hora de soltar su dinero”, le dijo a CNBC Nick Tommarello, fundador de WeFunder, una plataforma que les permitía a las personas invertir en startups a través del crowdfunding.
La modificación en esta ley es histórica y con seguridad motivará a la creación de muchas más empresas, lo que beneficia en gran forma a la sociedad estadounidense y al mundo.