El gobierno de Arabia Saudita se prepara para el fin de la era del petróleo, el recurso que los ha convertido en uno de los países más ricos del mundo.
Ante la caída en los precios del barril a nivel mundial, el príncipe heredero Mohammed Bin Salman ha propuesto la creación de un fondo soberano para reducir la dependencia del petróleo y de esa forma cambiar las bases de su economía de forma radical.
El fondo que propone el príncipe es de $2 trillones (1,67 trillones de euros), que sería el más grande del mundo, eclipsando los fondos de Noruega y Qatar.
Como parte del proceso para lograr que el reino de Arabia Saudita se independice del crudo, bin Salman asegura que se venderán acciones de la mega empresa estatal Aramco y la transformarán en un conglomerado industrial. La oferta pública comenzará tan pronto como el próximo año. En principio se venderá solo el 5% de la compañía.
“Tenemos que diversificar la inversión. En 20 años no seremos un gobierno dependiente del petróleo”, comentó el príncipe.
Es un cambio radical para Arabia Saudita, a casi ocho décadas desde que se descubrió el petróleo allí. Esa transformación de la economía impactará en gran forma a la sociedad saudí, acostumbrada desde décadas a la ayuda del gobierno.
La familia real es muy numerosa, y muchos de los miembros reciben miles o millones de dólares cada mes sin trabajar.
Un fondo colosal
El fondo saudí será enorme. Lo suficiente para comprar compañías como: Apple Inc., Alphabet, Inc. (la casa matrix de Google), Microsoft Corp., y Berkshire Hathaway Inc. (la firma del inversionista Warren Buffett), las cuatro empresas más grandes que cotizan en la bolsa.
En el fondo también participará la inversión extranjera. Al principio el aporte foráneo será menor, pero para el 2020 podría haber aumentado en un 50%, de acuerdo a Yasir Alrumayyan, secretario general del consejo de administración de Arabia Saudita.
La caída en los precios del petróleo ha causado un gran impacto entre la Familia Real Saudí y la población del país en general. Se comenzó a implementar un programa de austeridad para intentar reducir los gastos en artículos de lujo y compras frívolas, algo a lo que no están acostumbrados en la nación árabe. A finales de diciembre las autoridades elevaron los precios del combustible y la electricidad, para mitigar el desplome petrolero.
En mayo se espera el anunció de un “Plan de Transformación Nacional”, que le informará al país y al mundo sobre todos estos cambios que se están desarrollando en materia de economía.
Dudas sobre el proceso
Algunos analistas internacionales han expresado sus dudas sobre el éxito del plan que intenta llevar a cabo el gobierno saudí. De hecho, un estudio que realizó el Fondo Monetario Internacional en el 2014 señaló el fracaso que habían experimentado otros países al intentar reducir la dependencia del petróleo.
“Está claro que Arabia Saudita necesita reformar, diversificar y revitalizar su economía, pero esto implica algo más que el aumento de las inversiones no petroleras”, indicó Paul Sullivan, profesor de la Universidad de Georgetown en Washington.
El fondo que propone el príncipe bin Salman también se enfocará en la inversión extranjera y, de hecho, es un proceso que ya inició. La realeza saudí ha comprado acciones en empresas de Corea del sur y Rusia que superan los $11 mil millones (€9,2 MM).
“Ahora el gobierno está trabajando en diferentes frentes. Tenemos diferentes proyectos en el turismo y en nuevas industrias que están sin explotar en Arabia”, indicó Alrumayyan.
Los jerarcas de Arabia asumen el fondo como “muy agresivo” y eso gusta. Será el fondo más grande del mundo y comenzará apenas Aramco se haga pública.
Artículo original en inglés publicado en Bloomberg. Síguelos en Facebook, Twitter.