La esperanza de que el nuevo presidente Donald Trump revoque el programa conocido como DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) ha disminuido dramáticamente después de que la Casa Blanca presentara una agresiva lista de demandas.
La administración Trump quiere medidas de inmigración y de seguridad fronteriza más fuertes, medidas contra las ciudades santuario, restricciones para las tarjetas de residencia y dinero para un muro fronterizo.
Pero existe mucha preocupación sobre lo que pasará con las aproximadamente 800.000 personas cubiertas por el programa DACA. No solo existe el enorme factor humano que habría que considerar al decidir mandarlas de regreso a países que la mayoría de ellos no conoce, pero el costo a nuestra economía podría ser enorme. De acuerdo a un estudio del Centro para el Progreso Americano hecho a principios de este año, la pérdida estimada de los trabajadores bajo el programa DACA reducirían el PIB del país en $433 mil millones en los próximos 10 años, con California, Texas e Illinois como los estados más afectados.
La primera encuesta de Pequeños Negocios por CNBC/SurveyMonkey hecha en junio, describió que el 21 por ciento de dueños de pequeñas empresas espera que los cambios en la política migratoria tengan un efecto negativo en sus negocios.
Ya muchos dueños de negocios pequeños y medianos han estado presionando a empresas proveedoras de servicios de recursos humanos, como TriNet, con preguntas sobre cómo la rescisión de DACA afectará a algunos de sus empleados. (El grupo pro reforma migratoria de Mark Zuckerberg, FWD.us, descubrió que el 91 por ciento de beneficiarios de DACA tienen empleo.)
Los resultados de la encuesta resaltan un factor importante que fue ignorado por los legisladores en Washington: la contribución económica de los inmigrantes.
Por su propia naturaleza, los inmigrantes toman riesgos, y algunos de los más exitosos de los nuestros han nacido en el extranjero, como Elon Musk de Tesla (Sudáfrica), Sergey Brin de Google (Rusia) y el inversionista George Soros (Hungría).
“Muchos inmigrantes empiezan negocios - ya sean compañías de alta tecnología como Elon Musk, o negocios en Main Street- son maravillosas fuentes de iniciativa empresarial,” dice James Richards, director de TriNet, el cual está asociado con 13.000 pequeñas y medianas empresas que colectivamente tienen más de 330.000 empleados.
Los inmigrantes tienen casi el doble de probabilidades de empezar negocios en los Estados Unidos que los mismos estadounidenses nativos, revela una investigación de la Fundación Ewing Marion Kauffman. Muchos son creadores clave de trabajos, ya que la compañías fundadas por inmigrantes que están respaldadas por capital de riesgo han creado un promedio estimado de 150 trabajos por compañía y generado $63 mil millones en ventas.
De acuerdo a un estudio por New American Economy, los inmigrantes o sus hijos fundaron más del 40 por ciento de las compañías de la lista Fortune 500 en el 2010. De hecho, siete de las marcas más valiosas en el mundo vienen de compañías estadounidenses fundadas por inmigrantes o sus hijos, incluyendo Apple, Google, AT&T, GE IBM y McDonald’s.
El grupo también descubrió que los inmigrantes empezaron el 28 por ciento de todos los nuevos negocios en los Estados Unidos en el 2011, a pesar de representar menos del 13 por ciento de la población, y que ellos tienen el doble de probabilidad de empezar un negocio que un estadounidense nativo.
“MUCHOS INMIGRANTES EMPIEZAN NEGOCIOS - YA SEA COMPAÑÍAS DE ALTA TECNOLOGÍA COMO ELON MUSK O NEGOCIOS EN MAIN STREET- SON MARAVILLOSAS FUENTES DE INICIATIVA EMPRESARIAL.”
-James Richards, Director de Producto, TriNet
Artículo original en inglés publicado en CNBC: Make It. Síguelos en Facebook, Twitter.