En el año 1990, Noruega estableció el Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega, conocido comúnmente como el “Fondo del Petróleo (en noruego: Oljefondet)” para invertir excedente de riqueza producida por los ingresos de la industria petrolera en el país, con carteras de inversiones inmobiliarias y de renta fija en edificios como el "Times Square" en Nueva York, "Regent Street" en Londres o "Les Champs-Élysées" en París.
Este fondo es gestionado por el Norges Bank Investment Management (NBIM), una sucursal del Banco Central de Noruega a nombre del Ministerio de Hacienda y se trata del fondo de pensiones más grande de Europa. De hecho, es incluso más grande que el fondo de pensiones de los empleados públicos de California y a diferencia de la mayoría de las pensiones, el fondo obtiene su respaldo financiero en las ganancias petroleras en lugar de las cotizaciones de jubilación.
Los gestores de este fondo anunciaron que los cambios de moneda han ayudado a elevar el valor a una asombrosa cifra de más de $1 billones (855 mil millones de euros) por primera vez, lo que significa la misma cifra de la economía de México y aún más grande que la economía de Argentina.
El fondo ha generado una rentabilidad anual de 5,9% desde enero de 1998, reducida al 4% después de los costes de gestión e inflación. En 2016 tuvo un valor de retorno del 6,9 por ciento, alrededor de $57 mil millones (48,4 mil millones de euros) cuando se hizo la conversión a dólares USD. Este año los retornos parecen crecer aún más, con una subida de $63 mil millones (53,5 mil millones de euros) en los dos primeros trimestres.
El valor del fondo se calcula en más de $190.000 (161.515 euros) para cada uno de los 5,2 millones de ciudadanos de Noruega. Aunque también es un tema álgido de debate político en el país, ya que algunos líderes están preocupados y señalan que estos ingresos se deben utilizar para el presupuesto estatal en lugar de ahorrar para su uso futuro, mientras que otros expresan su preocupación acerca de cómo el fondo podría aumentar la inflación del país.
La exposición del fondo a una bolsa de valores volátil a veces es también una preocupación. Pero la ética de las políticas de inversión del fondo es posiblemente la más polémica.
Ha habido varios casos de inversión en empresas particulares involucradas en negocios como la producción de armas, tabaco y combustibles fósiles. De acuerdo con las directrices éticas, el fondo no puede invertir en empresas que contribuyan a violaciones de derechos humanos, aunque todavía se les permite invertir en compañías productoras de armas, ya que solo las armas nucleares y químicas están prohibidas por la ley ética.
Una investigación también reveló que Noruega ha invertido más de $2 mil millones (1.709 millones de euros) en tecnología de vigilancia utilizada para la escucha telefónica en países como Irán, Siria y Birmania.
Artículo original en inglés publicado en Celebrity Net Worth. Si te gustó síguelos en Facebook, Twitter.