Probablemente el cheque más grande que hayas escrito en tu vida sea de unos miles de dólares, quizás un poco más, para cubrir el primer mes de alquiler o el depósito de seguridad para comprar un apartamento.
Las nuevas tecnologías han dado paso a nuevos tipos de transacciones, sobre todo cuando se trata de altas sumas de dinero y los cheques comienzan a ser sustituidos por transferencias bancarias.
Pero volvamos al pasado, cuando no había canales electrónicos y se escribían cheques de cantidades increíbles: desde el millón hasta los cientos de millones de dólares. Y en este momento nos salta la curiosidad: ¿Cuál es el cheque físico más grande jamás escrito?
Te daremos una pista: empieza con 9 y termina con 000.000.000 - ¿La respuesta? $9 mil millones (alrededor de 7,4 mil millones de euros).
Y seguramente te estarás preguntando cómo un cheque de $9 mil millones fue firmado, entregado y cobrado. Pues bien, el responsable del mismo fue el banco de inversiones japonés Mitsubishi UFJ y la hazaña ocurrió hace apenas 10 años.
En 2008, en pleno apogeo de la crisis financiera mundial, toda la economía del mundo estaba en caída libre, incluyendo Morgan Stanley. Lehman Brothers acababa de quebrar y Bear Stearns había sido adquirido por unos pocos centavos, lo que se resumía en el hecho de que Morgan Stanley sería el siguiente en cerrar sus puertas.
Desesperados por evitar su desaparición, los ejecutivos de la entidad financiera se dirigieron a varios bancos extranjeros para lograr acuerdos que le permitirían mostrar a los inversionistas que sobrevivirían. Finalmente, Morgan Stanley encontró una posible solución con Mitsubishi UFJ, pero el problema seguía siendo la urgencia.
La confianza de los inversores había diezmado el precio de las acciones de Morgan Stanley de casi $60 (49 euros) por acción a menos de $10 (8 euros) y no parecía tocar fondo.
En octubre de 2008, los equipos de ambas entidades sostuvieron una reunión de emergencia durante todo un fin de semana y después de 48 horas seguidas de negociación, las dos partes llegaron a un acuerdo y un precio final. Mitsubishi invertiría $9 mil millones en Morgan Stanley a cambio de una participación de propiedad del 21% y un dividendo anual del 10%.
En este punto, los $9 mil millones estarían siendo transferidos electrónicamente de un banco a otro. Sin embargo, se presentaron varios problemas: en primer lugar, era un fin de semana festivo y los bancos estarían cerrados hasta el martes.
En segundo lugar, la transferencia de dinero por lo general toma entre 2 y 3 días y Morgan Stanley no podía esperar más. Y por último, MS estaba ansioso por hacer un anuncio formal de la fusión lo antes posible con el fin de detener el desplome del precio de las acciones.
Desesperados por darle una solución al problema de los $9 mil millones, uno de los empresarios bromeó: “¡Lástima que no se pueda simplemente escribir un cheque!”. Ambos equipos estallaron en risas, pero después de unos minutos uno de los mejores ejecutivos de Morgan Stanley hizo la asombrosa aclaración de que sí era posible emitir un cheque.
Si Mitsubishi tenía los fondos para cubrir un cheque de $9 mil millones, no había ninguna razón por la que Morgan Stanley no pudiera aceptarlo y depositarlo antes de que los mercados abrieran el martes por la mañana.
Un cheque también permitiría a Morgan Stanley anunciar oficialmente la fusión y quizás revertir el deterioro del precio de las acciones. Por lo que el equipo japonés llamó rápidamente a la oficina central para saber si tenían la capacidad de llevar a cabo la operación.
Unas horas más tarde, los banqueros de Mitsubishi regresaron a la sede de Morgan Stanley con el que probablemente pasará a la historia como el mayor cheque jamás escrito:
Todavía asombrados, los ejecutivos de Morgan Stanley anunciaron inmediatamente al mundo que habían logrado un acuerdo. Al siguiente martes, las acciones ya habían subido un 85%, de $9,68 (8,04 euros) a $17,92 (14,89 euros) y la compañía se había salvado de lo que sin duda era una muerte segura.
Artículo original en inglés publicado en Celebrity Net Worth. Síguelos en Facebook, Twitter.