Joey Ahern quería convertirse en una celebridad cuando se mudó desde su pueblo natal al sur de Florida hasta la ciudad de Los Ángeles en el 2014. A diferencia de la mayoría de aspirantes a estrellas que viajan hasta LA, Joey no quería triunfar en el cine o la televisión, sino en YouTube.
Ahern hace vídeos de comedia, sobre todo junto a su perro, un lobo siberiano llamado Steel. Pensó que mudarse a Los Ángeles –el nido de las celebridades- le permitiría ganar más dinero y más seguidores en YouTube y Vine.
Ahern es uno de muchos que quieren convertirse en YouTubers, una lucrativa carrera a tiempo completo que además ofrece mucha fama.
Los anunciantes invierten más de $5 mil millones (€4.4 MM) cada año en los creadores de contenido de YouTube. A pesar de que un montón de ese dinero termina en las cuentas bancarias de estrellas como Rihanna y Justin Bieber, algunos usuarios de la red social ganan miles de dólares por ingresos de publicidad en su canal.
Por ejemplo, la súper estrella de YouTube PewDiePie ganó un estimado de $12 millones (€10.7 millones) el año pasado. Su patrimonio neto es 1.4 veces mayor que el de Hillary Clinton.
Los “Big YouTubers” (generalmente aquellos con al menos 3 millones de suscriptores) se hacen muy famosos. Los fans los reconocen en la calle y suelen ser invitados a fiestas exclusivas. Recordemos que YouTube es una plataforma con un alcance de 88.2 mil millones de personas. Llega a todo el planeta.
Sin embargo, con el paso de los años se ha hecho más difícil hacerse un espacio importante dentro de la plataforma de vídeos. Si quieres hacer algo grande en YouTube hoy en día, debes tener algo más que una cámara.
En el año 2010 apenas cinco canales llegaban a los cinco millones de suscriptores. Mientras que en el 2016, más de 2.500 canales alcanzan esa cantidad de fans. Solo en este año 850 nuevos canales tocaron ese listón.
Ese número puede ofrecer mucho optimismo, pero en realidad indica que apenas el 0.01% de los usuarios de YouTube han llegado a 1 millón de suscriptores.
El vocero de YouTube Michelle Slavich no quiso revelar cuántos canales existen en la red social, pero aseguró que son millones.
Sin embargo, eso no ha mermado la ambición de los aspirantes a estrellas de YouTube.
YouTube apoya a los creadores
En agosto de este año, YouTube organizó un campo de entrenamiento en sus estudios de Nueva York, como parte del programa NextUp que busca impulsar a las potenciales estrellas. Fueron admitidos 16 creadores en NextUp, lo que les otorga una tutoría en YouTube, acceso a un enorme y moderno espacio de producción de 20.000 pies cuadrados [1.850 m2] y $2.500 (€2.240) para potenciar su canal.
Ahern fue uno de los asistentes de NextUp, al igual que Hannah Hoffman (19), una estudiante de informática en la Universidad Tecnológica de Tennessee. Hoffman crea cortos animados de un minuto y medio, cada uno de los cuales le lleva ocho horas de realización.
Al igual que muchos artistas a los que les cuesta llegar a final de mes, Hoffman hace menos de un salario mínimo con su canal. Usó el dinero de NextUp para comprar una cámara Canon de $1.000 (€900) y un par de lentes. Reconoce que el aumento de la calidad del trabajo atrae más seguidores.
“Tener 100.000 seguidores es mi sueño. Pero luego querré llegar a 500.000, y la meta seguirá aumentando”, dijo Hoffman, quien está más interesada en la vinculación con la comunidad de YouTube que en ganar seguidores. Dice que una vez se gradúe espera trabajar a tiempo completo en su canal.
“Si pudiera vivir de YouTube sería la persona más feliz del mundo”, asegura Hoffman.
Esta creativa artista comenzó en YouTube cuando tenía 16 años, pero su base de suscriptores se disparó en julio del 2016 cuando Dan Howl (un YouTuber con más de 6 millones de suscriptores) twitteó uno de sus vídeos.
“En dos o tres días sumé más de 10.000 suscriptores, solo por eso”, dice Hoffman.
La iniciativa de NextUp es un canal a través del cual YouTube invierte en aquellos creadores prometedores. La compañía ha dedicado cientos de millones de dólares en el contenido original. La competencia de los YouTubers por conseguir el apoyo es feroz.
Liam Collins, el director de Espacios de YouTube en Norte América y Sur América, destaca el importante impulso que ha representado la iniciativa para muchos YouTubers.
“El programa ha ayudado al crecimiento de muchos creadores para lograr el éxito”, asegura Collins.
La Youtuber de belleza y estilo Ingrid Nilsen y la dupla AsapSCIENCE son los casos más exitosos que han surgido de esta iniciativa. Cada uno tiene más de 4 millones de suscriptores.
Michelle Phan es otra Youtuber dedicada a la belleza. Su canal cuenta con 8.6 millones de suscriptores y es un negocio rentable. Su compañía de maquillaje llamada Ipsy tiene un valor de $500 millones (€450 millones). Phan fue astuta al respaldar su empresa con su canal en la red social, y el éxito ha sido rotundo. “He logrado un excelente vínculo con mi audiencia. Eso es muy importante, y ofrecer un producto de calidad”, dice esta súper exitosa creadora de contenido.
Una súper estrella de la red social
La industria de los creadores de contenido ha evolucionado mucho con el pasar de los años. Todo era más sencillo en el 2008 cuando la mega estrella Tyler Oakley comenzó a grabar vídeos desde su dormitorio. En su primer año en la universidad comenzó a subir vídeos en los que hablaba de su día a día.
“Recuerdo que cuando llegué a 100 suscriptores, pensé que era mucho. Ni siquiera sabía que eran 100 personas. Entonces comencé a recibir mensajes de personas que no conocía pidiéndome que les ayudara a sentirse más cómodos con el hecho de ser gays”, dijo Oakley a Business Insider.
Unos meses después de comenzar su canal, Oakley renunció a su empleo en el sector de medios y se dedicó a su canal de YouTube a tiempo completo.
Oakley, de 27 años, ahora vive en Los Ángeles y ha producido más de 400 vlogs. Tiene más de 8 millones de suscriptores y ha grabado vídeos con Michelle Obama y Ellen DeGeneres.
Sin embargo, los YouTubers no necesitan tener la popularidad de Oakley para convertir ese oficio en un trabajo a tiempo completo. Quienes tienen decenas de miles de suscriptores por lo general pueden hacer suficiente dinero a través de publicidad como para dedicarse enteramente a ‘youtubear’.
Ahern dice que la mayor parte de sus ingresos provienen del patrocinio. Su canal tiene cerca de 100.000 suscriptores y es un trabajo a tiempo completo.
“Hace poco estaba en un bar y alguien me reconoció. Es una sensación muy agradable que me motiva a hacer más vídeos”, dijo Ahern, de 26 años.
Sin embargo, la presión de ganar más dinero y la dura competencia llegó a ser muy abrumadora para Ahern. Por eso, después de un año y medio en Los Ángeles, regresó a su pueblo natal en Florida. “Me llegué a obsesionar demasiado con los números, y por eso dejó de ser divertido”, cuenta el YouTuber.
Los YouTubers tienen que estar pendientes de muchos detalles para que su canal se posicione bien en la red y pueda obtener más visitas: imágenes en miniatura, etiquetas, títulos, descripciones, etc. Eso puede ser muy abrumador. Por eso muchos creadores contratan a redes multicanal (MCN) o a agentes que les ayuden a comercializar sus marcas de forma profesional, ya que seguirle la pista a tantos detalles suele ser algo muy agotador.
El MCN de Ahern se queda con el 10% de los ingresos de su canal. “No quiero ver los números. Solo quiero crear”, asegura Ahern. Convertirse en una estrella de YouTube es algo grande. La cara de Tyler Oakley ha aparecido en vallas en Times Square y en buses. “Es algo muy loco”, dice Oakley.
Ese es el objetivo de Ahern, aunque haya abandonado la meca de las celebridades para regresar a su pueblo natal.
Fuentes:
What it takes to achieve fame and fortune on YouTube
How Michelle Phan turned a YouTube channel into a multi-million dollar empire
